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Coches de competición para recordar: Porsche

De una marca con gran historia en la Fórmula 1 como es Lotus nos vamos a otra que aunque también estuvo en la categoría reina, forjó su leyenda en la resistencia. Por ello, los coches de competición más memorables de Porsche son, en gran medida, coches de sport-prototipos, participantes de las carreras de resistencia más importantes del mundo como las 24 horas de Le Mans. Es indudable que la marca de Stuttgart sabe cómo producir máquinas vencedoras y bonitas, receta ideal para hacer historia.

Porsche 908 – Sport-Prototipo

Porsche tiene una larga historia de coches que compiten en Le Mans, empezando por los grandes prototipos con enormes motores, listos para vencer en la prueba de 24 horas francesa. Pero también hubo una época en la que un coche pequeño, ágil y con un motor más compacto podía ser igual de competitivo o incluso más. Fué precisamente por esa forma de pensar que se creó el Porsche 908, sucesor del Porsche 907. Aunque se cuente el Porsche 908 como coche de sport-prototipos, lo cierto es que fue utilizado en otro tipo de eventos y no siempre en circuitos.

Además de competir en circuitos como Nürburgring, Monza o Le Mans, donde llegó a usarse una versión carenada, el 908 tuvo una vida exitosa en carreras más especiales como la Targa Florio. De hecho, cuando el 917 de Porsche pasó a ser el buque insignia de la marca en Le Mans, los alemanes decidieron que los 908 serían sus armas para circuitos más ratoneros donde el 917 no tenía opciones de vencer, ni siquiera en su versión corta, llamada “K” del alemán Kurzheck -trasera corta-. Por lo tanto, el 908 fué instrumental para la victoria del Campeonato Internacional de Marcas entre 1969 y 1971.

A partir de entonces y con un esperado papel de segunda fila para los 908 -Porsche desarrolló un sucesor después de algunos años fuera de competición-, estos fueron vendidos como coches cliente y consiguieron seguir siendo protagonistas. Buenos resultados en Le Mans a lo largo de los años 70 y una victoria en los 1000km de Nürburgring en 1980 con un paquete aerodinámico del Porsche 936 y un turbo instalado demostraron que el pequeño de la familia Porsche había sido tan bien diseñado que podía seguir ganando tras más de diez años en competición.

Porsche 917 – Sport-Prototipo

Porsche 917 Spa 1971

El Porsche 917 lo tiene todo para convertirse en un icono del mundo del automovilismo. Una historia fantástica sobre cómo Porsche engañó a los inspectores de la FIA haciendo ver que tenían 25 unidades construídas y listas para funcionar… sin ser cierto. Un sinfín de decoraciones míticas como la de los colores de la petrolera Gulf, que ha pasado a la historia como una de las más bellas de la competición del motor. Un coche que es absolutamente precioso. Una película protagonizada por un actor como Steve McQueen y éxito más que abrumador en las carreras, con dos victorias en las 24 horas de Le Mans. Una lista de los Porsche más legendarios no estaría completa sin el 917, en cualquiera de sus versioneso incluso con todas.

Todos ellos contribuyen a la leyenda. Tanto el 917L como el 917K, e incluso el espectacular 917 de la Can Am que se estrenó allí después del cambio de normativas en Europa que no permitía que el 917 siguiera compitiendo allí. Los inicios no fueron fáciles y 1969 se saldó con muchas roturas y un Le Mans desastroso a la par que trágico con la muerte de John Woolfe, con el único 917 privado de la pruba francesa. Solo los 1000km de Zeltweg dieron una esperada victoria a un coche que no acababa de comportarse como querían los alemanes. No fue hasta que John Wyer se asoció con Porsche y modificó la parte trasera de los 917, que se solucionaron los problemas.

Llegó la victoria en Le Mans en 1970, con dos 917 en las dos primeras posiciones. Tras anunciarse el cambio de normativas para 1972, Ferrari dejó de trabajar en el 512M y Porsche se quedó sin rivales reales. Esto ayudó a que 1971 volviera a ser un paseo triunfal, con el único rival real en forma del Ferrari 512M de Roger Penske. Así se termina la carrera del 917 en Europa, aunque alguna unidad acabó en la Can Am. Esto es, hasta 1981, cuando las normativas volvieron a abrirse y Kremer presentó un nuevo 917, llamado 917K-81, muy espectacular. Clasificó entre los diez primeros, demostrando que la base era más que excelente, pero problemas técnicos impidieron que viera la bandera de cuadros. Su última carrera fué en Brands Hatch ese mismo año, donde abandonó por culpa de problemas en la suspensión tras haber llegado incluso a liderar.

Porsche 934 – Gran Turismo

Seguramente no hay otro Porsche más famoso que el 911, más allá de las carreras. Por lo tanto, ha habido muchos derivados del 911 que han competido por los circuitos del mundo y hasta hoy en día esta máxima se mantiene. Uno de los más representativos, bonitos e históricos es el 934 de los años 70. En 1976 se estrenó por varios campeonatos europeos, fabricándose unas 400 unidades que fueron vendidas a varios compradores. Pilotado por Toine Hezemans venció el Campeonato de GT Europeo, pero también ganó en otros continentes.

Con George Follmer al volante, ganó la Trans-Am e incluso en Australia cosechó grandes éxitos gracias a Alan Hamilton -nada que ver con Lewis- en el Campeonato Australiano de Coches Deportivos, aunque esto fué en 1977. El mismo coche volvió a ganar en 1980 el campeonato aunque esta vez con Allan Moffat como piloto. Varias unidades del 934 compitieron en Le Mans de 1976 a 1983 con un mejor resultado de un cuarto puesto. Pilotos como Didier Pironi o Bob Wolleck lo pilotaron y en 1977 incluso hubo un equipo completamente español. La Escudería Montjuïc con Juan Fernández, Eugenio Baturone y Rafael Tarradas al volante.

La línea del 934 es una línea clásica que, basándose en la del 911, se ha revisitado en otras ocasiones, con los GT de Porsche a partir de los años 90 y hasta la actualidad. Es quizás todo esto lo que hace que sea un clásico atemporal, y que a decir verdad, tiene que competir en belleza con los Porsche de Gran Turismo más modernos, que le deben mucho al 934. En particular la decoración de Järgemeister destaca con su color naranja que le hacía resaltar incluso sobre los demás 934 y pasó a la historia por su espectacularidad.

Porsche 936 – Sport-Prototipo

El Porsche 936 hereda del Porsche 908 el estilo de coche compacto con un motor pequeño. Un coche ágil, una máquina pulida y preparada para competir en Le Mans. Muchas partes del 936 vinieron del Porsche 917 y tras el desarrollo de los 908 y 917, la marca alemana quería recuperar su posición como marca líder en las carreras de resistencia. El diseño del 936 de cara a la temporada de 1976 surge de ese anhelo, con el objetivo de ganar en Le Mans. Se construyeron tres unidades, y cada una de ellas venció en una ocasión. Al final, Porsche se llevó con el 936 las victorias en las 24 horas de Le mans de 1976, 1977 y 1981.

Curiosamente, las tres victorias contaron con un denominador común llamado Jacky Ickx. Además, el 936 terminó en segunda y tercera posición en 1978. Seguramente se trata del coche de Le Mans más exitoso de Porsche en cuanto a resultados se refiere, pues cosechó otros resultados destacados durante varios años. Con los colores de Martini, se conviertió en una de las leyendas de Le Mans y de las carreras de resistencia en general. Cuando se presentó por primera vez el 936, no tenía la toma de aire tan característica, que solo fué añadida más adelante para refrigerar el intercooler.

El Porsche 936 fué usado por última vez en 1986, aunque realmente se trataba de una versión carenada que además estaba preparada para cumplir con las nuevas normativas del Grupo C. Este equipaba un motor preparado por Porsche para la Indycar, con lo que la última versión de tan emblemático bolido fué bastante curiosa por la mezcla de elementos que lo conformaban. Por fortuna para los alemanes, cuando Porsche dejó de usar el 936 de forma oficial, con la victoria de 1981, tenía ya preparado a su reemplazo, uno de los más espectaculares del Grupo C.

Porsche 956 – Sport-Prototipo

Se trata, evidentemente, del Porsche 956, uno de los reyes indiscutibles de la resistencia en los años 80. Estrenado en 1982, se llevaron esa misma temporada un triplete en las 24 horas de Le Mans después de liderar durante toda la carrera. Este éxito hizo que se empezaran a vender unidades para equipos privados que no dependían de la fábrica Porsche. Entre estos, tenemos a nombres tan conocidos como Kremer, Fitzpatrick, Brun o Joest.

Uno de los 956, con sus líneas refinadas, características del Grupo C, fué utilizado como banco de pruebas para el motor de Fórmula 1 que usarían los McLaren durante los años 80 y que dominaría la categoría reina durante varias temporadas. Además, en 1983, un Porsche 956 pilotado por Stefan Bellof marcó durante una sesión clasificatoria la vuelta más rápida que ha dado nunca un coche en el circuito del Nordschleife; 6 minutos y 11 segundos con una media por encima de los 200km/h. El récord en carrera del circuito lo marcó también un Porsche 956, aunque fué casi 15 segundos más lento.

Pero aún quedaba una nota trágica para Porsche y su 956, pues Stefan Bellof perdió la vida en Spa-Francorchamps a bordo de uno de ellos cuando colisionó con el 962 de Jacky Ickx. La preocupación por la seguridad del 956 hizo que los equipos fueran actualizando sus coches a los modernos 962 gradualmente. La última victoria del coche llegó en la última carrera del Campeonato Mundial de Resistencia de 1986, en Fuji, gracias al Team Joest. Pudo despedirse pues con un triunfo ya que esa fué la última carrera en la que participó.

Los años 70 y 80 fueron sin ninguna duda la edad de oro de Porsche en la competición. Después del 956 supieron seguir creando coches competitivos y preciosos, como se vió con el 962 primero, los varios prototipos de Kremer luego y finalmente el 911 GT1 que ganó en Le Mans en 1998. Desde entonces, la presencia de Porsche en las carreras de resistencia se ha centrado en las varias versiones del legendario 911 de Gran Turismo, con una incursión corta pero intensa y exitosa del Porsche Spyder de LMP2. En 2014 asistimos al debut el nuevo LMP1 de Porsche, que además de ser bonito -más en formas que en decoración-, demostró que Porsche se toma en serio su legado de innovación y competitividad.

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