El piloto australiano, del cual se espera mucho esta temporada, admitió que los problemas en su equipo son más complejos de lo que parecen. En el reciente Gran Premio de Malasia, la escudería Red Bull confirmó que no es ni la sombra de la que presentó resistencia a Mercedes AMG el año pasado. Daniel Ricciardo culminó en el décimo lugar, detrás de su compañero Daniil Kvyat, superado con facilidad por ambos Toro Rosso, y de nuevo doblado en carrera, tal como sucedió en Australia.
La frustración de Ricciardo se hizo pública al declarar que lo sucedido representa un fuerte golpe en la moral de todo el equipo. Sin su acostumbrada sonrisa ante los medios de comunicación indicó que el ser doblado por su ex compañero de equipo Sebastian Vettel fue «la guinda del pastel» de todo el fin de semana. Confesó que en Red Bull nunca pudieron encontrar equilibrio en el coche, situación que quedó en evidencia cuando frenaba, lo que podría ser indicativo que algo anda mal en el chasis ya que le resultó inexplicable no mantener el ritmo de los coches de mitad de parrilla.
No hay nada emocionante en correr así. De hecho, yo no podía hacer nada, para ser honesto ni siquiera pude luchar con otros coches. Estaba motivado al principio, pero luego no he sido capaz de mezclarme en buenas batallas. Encontramos otros problemas aquí en Malasia. Es frustrante toda esta situación. Quería tratar de sobrepasar a los demás, pero esto no fue posible. Cada vez que lo intenté no pude por la falta de equilibrio y me tuve que resignar a completar la carrera. Fue un largo día. La victoria de Sebastian [Vettel] fue la guinda del pastel de este fin de semana. Felicidades para él.
Vía | nextgen auto