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Cascos históricos: Stefan Bellof

¿Cuántos diseños de cascos en la historia del campeonato del mundo de Fórmula 1 han inspirado una decoración de un monoplaza? Uno, el de Stefan Bellof. Punto y partido para el alemán, una joven promesa que nos fue arrebatada demasiado pronto y que tenía un precioso, espectacular y reconocible diseño de casco que pasó a la historia tanto por sí mismo como por inspirar la decoración en algunas carreras del Tyrrell 012 que pilotó.

Evidentemente, la historia que hay detrás de Bellof hace que el diseño de su casco cobre una importancia significativa y una popularidad mayor de la que tendría alguien con sus resultados en Fórmula 1. Sería una tontería negarlo aunque por otra parte también es cierto que en el mundial de resistencia, Bellof dejó una huella indeleble -fue campeón en 1984-. Era un piloto a la vieja usanza y estar en la Fórmula 1 no le impidió participar en el mundial de resistencia ni en otras competiciones.

Ganó el Deutsche Rennsport Meisterschaft, disputó -y ganó- una carrera suelta del campeonato japonés de prototipos y era un habitual del trofeo de Norisring -que ganó en 1983-. Un piloto tan alemán como la propia Porsche, marca con la que se le relaciona a menudo al ser piloto oficial del equipo Rothmans. Con ellos solo estuvo una vez en Le Mans pero a bordo de un 956 se conviritó en el hombre más rápido del Norschleife. Nadie ha dado una vuelta al circuito en menos tiempo que él.

Y es que Alemania era importante para el piloto, nacido en la parte occidental. Su casco reflejaba ese sentimiento de orgullo hacia su patria, representándola con los colores de la bandera alemana. El negro, rojo y amarillo se combinaban de forma elegante en la pieza más importante y representativa para un piloto. El negro era el color ideal para hacer de base mientras que el rojo y amarillo, más vivos, seguían un diseño simétrico.

En la parte delantera, su apellido «Bellof» en letras rojas, ligeramente inclinadas. Su marca personal; nadie dudaría de quien era el piloto al ver el casco. A lo largo de su carrera deportiva lo llevó de dos formas distintas, con el nombre situado encima de la cinta de colores o en medio, interrumpiéndola. Seguramente el segundo es el más icónico, el más reconocible, gracias en parte a la foto de portada, mostrando el diseño y la intensidad de su mirada.

En 1984, Tyrrell no tenía una gran cantidad de patrocinadores y en el equipo del «leñador» Ken Tyrrell vieron la oportunidad de hacer algo original. El coche de Bellof adoptó las líneas roja y amarilla que conformaban el diseño de su casco y se incorporaron al Tyrrell 012 que pasó a pintarse de color negro como base. El diseño de casco del genial piloto alemán se extendía hacia su coche, dando un conjunto particularmente recordado.

Objetivo cumplido y aunque en 1984, Tyrrell perdió todos los puntos por una infringir la normativa técnica -de forma deliberada, todo hay que decirlo-, el diseño del coche pasó a la historia como uno de los pocos que usó el piloto en la Fórmula 1. De hecho, tan trágica fue su muerte y tan recordado sigue siendo hoy en día que en las 6 horas de Spa-Francorchamps de este año habrá un homenaje y recuerdo para él. Lo llevará a cabo Timo Bernhard, piloto oficial de Porsche que con motivo del trigésimo aniversario de su muerte usará el mismo diseño de casco. Un gran recuerdo para un gran piloto.

 

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