Digamos lejos «relativo», porque las ocho décimas que le ha sacado Will Stevens a Roberto Merhi no son exactamente las mismas ocho décimas que, de haberle sacado Hamilton a Rosberg, nos hubiesen hecho poner el grito en el cielo. El tiempo es el tiempo, y ocho décimas en cualquier competición es un tiempo considerable. En Fórmula 1, más. Sin embargo no merece la pena hacer un análisis demasiado crítico sobre un equipo que es, a todas luces, el peor de la parrilla con un año de diferencia.
Manor F1 está, está dentro del 107% y por tanto se puede considerar un competidor legítimo. El último, sí, pero es legítimo porque cumple la legalidad y no necesita la connivencia de los poderosos para poder tomar la salida del Gran Premio. Y eso es un paso adelante.
Pero Merhi es optimista (¿por qué no?):
El viernes trabajé con neumático blando para no dañar las ruedas tanto, sobre todo las delanteras. Creo que en calificación, trabajando tanto en esa dirección y luego la temperatura que ha hecho, bastante diferente a la del viernes, me han perjudicado un poco. Pero bueno, espero que el domingo me beneficie y vamos a ver en carrera.
Esperamos tener un buen ritmo. Viendo el análisis vuelta a vuelta no era tan malo, así que veremos a ver qué pasa. Estamos dentro del 107 %, cosa que no estábamos en la última carrera. Por esa parte ha ido bastante mejor.
Roberto Merhi no puede aspirar a más que esto estando en Manor. Le queda por delante una temporada, esperamos completa, para ir haciendo lo que hacen los buenos pilotos de Fórmula 1 hoy en día: hacer contactos, estar presente, saber con quién hablar y a quién caer en gracia. Desengañémonos, esto es la F1 moderna, y un piloto que, como Roberto, recibe el inmenso regalo de correr sin aportar dinero, de momento, tiene que ser uno de los tipos más felices del mundo, si es listo. Y parece que Merhi lo es.
