En 2006, el campeonato del mundo de Fórmula 1 empezó en Baréin. Puesto que Melbourne era en las fechas habituales sede de los juegos de la Commonwealth, se consideró que juntar los dos eventos no sería beneficioso para nadie y el trazado de Albert Park pasó a ocupar la tercera posición. Por ello, el estreno de Fernando Alonso con el dorsal número uno en su Renault se produciría en el Gran Premio de Baréin.
Después de ganar el título de 2005, había muchas expectativas puestas tanto en el asturiano como en los rivales. Kimi Räikkönen lo había dado todo para intentar ser campeón pero la fiabilidad del McLaren no había sido suficiente; tenía que volver más fuerte en 2006. Un poco al revés que Michael Schumacher, que disfrutó de una buena fiabilidad con Ferrari pero no de la velocidad suficiente para luchar por ganar.
En pretemporada parecía que los Ferrari y los McLaren serían candidatos a luchar por la victoria desde el primer momento aunque siempre con Renault en posición preferente. Por ello la sorpresa llegó con la primera fila rossa con Schumacher en pole position y Felipe Massa en segunda posición. Al campeón no se le encontraba hasta la cuarta posición aunque peor lo tendría Räikkönen, que después de un problema con la suspensión trasera de su McLaren, saldría desde la última posición.
En la salida, Alonso se situó en segunda posición después de casi contactar con Massa, que acabó trompeando y perdiendo cualquier opción de obtener un resultado destacable. Por delante, Schumacher tiraba con fuerza e intentó escaparse. Mientras tanto, un toque entre Nick Heidfeld y el debutante Nico Rosberg termnaba con ambos perdiendo una enorme cantidad de tiempo y este último parando a boxes para reemplazar su alerón delantero.
Räikkönen, por su parte, se abrió paso a través de los rivales con una facilidad pasmosa. En la zona de cabeza, todo se mantenía igual aunque con una distancia relativamente pequeña entre Schumacher y Alonso. Fue con motivo de la segunda parada a boxes que, al quedarse el piloto de Renault más vueltas en pista, pudo recuperar tiempo y volver a pista junto con su rival. Entrando en la primera curva en paralelo, cualquiera de ellos pudo haber salido en cabeza.
Pero fue Alonso quien lo hizo y ello fue suficiente para asegurarse la victoria a pesar de la presión de Schumacher en los compases finales. El estreno de Alonso como campeón en título defendiendo su corona no había podido sido mejor, estando además con sus dos mayores rivales al lado en el podio puesto que el tercer peldaño lo ocupó Räikkönen tras remontar 19 posiciones.
Fue la segunda vez que Schumacher, Alonso y Räikkönen coincidían en un podio después del Gran Premio de Francia de 2005. Después, vendrían dos ocasiones más en 2006 -Gran Premio de Gran Bretaña y Gran Premio de Canadá- y la última en 2012, en Valencia, con motivo del Gran Premio de Europa. En cuatro de estas ocasiones, el ganador fue Fernando Alonso, mientras que en la primera fue Kimi Räikkönen el vencedor, siendo Schumacher el único en no haber compartido podio con los otros dos estando arriba.
En cuanto a los demás, la cuarta posición fue para un Jenson Button que le sacó el máximo provecho a su Honda, terminando por delante de Juan Pablo Montoya y Mark Webber en un Williams que estrenaba motor Cosworth. Pero una de las sorpresas llegó con el séptimo puesto junto con vuelta rápida del debutante Nico Rosberg, que se convirtió así en el piloto más joven en marcar el giro más veloz en una carrera, todo esto después del toque en la salida.
Peor suerte tuvo Super Aguri F1, el equipo japonés que debutó en esta carrera como equipo «B» de Honda utilizando una versión modificada del Arrows A23 mientras preparaban su monoplaza para 2006. Takuma Sato terminó en décimoctava y última posición a cuatro vueltas mientras Yuji Ide comenzó su odisea particular con un motor roto tras 35 de los 57 giros previstos. Llegarían mejores tiempos…