Ya no es solo una posibilidad remota, sino que los puntos parecen estar al alcance de los de McLaren. Por lo menos eso es lo que hemos visto hoy en Barhéin, con un Fernando Alonso que ha sido capaz de finalizar en una meritoria undécima posición, por delante de Felipe Nasr, y a tan solo 3,9 segundos de Felipe Massa. La carrera no pudo ser más extraña, con cambios significativos en el rendimiento del monoplaza, pero que parecía correr mucho mejor hacia el final de la prueba. Así, Alonso pudo contener a Nasr y terminar una carrera buena.
Falta todo por hacer, ya que Jenson Button no ha podido ni siquiera llegar a tomar la salida, pero al menos se ve un coche más sólido y convincente que en China, y «mucho» mejor que en Malasia y Australia. La dirección parece la correcta, y en las tres semanas que restan hasta el próximo Gran Premio, en Barcelona, estoy seguro de que se harán progresos interesantes. Son tres semanas para tomar decisiones, elegir soluciones y cruzar los dedos. El avance puede ser notorio en Montmeló, pero hay que ser cautos.
Como anécdota, Fernando Alonso se pudo desdoblar de Kimi Raikkonen cuando al finlandés, los neumáticos medios le estaban dando ya signos de fatiga, y el asturiano llevaba los neumáticos blandos nuevos. Nada relevante, pero sin duda una imagen curiosa. A pesar del buen resultado de Alonso, hay que recordar que la falta de potencia es un gran lastre, sobre todo en circuitos como Bahréin.
Para mí, la clave para el futuro inmediato se resumen en esta frase de Alonso:
Estoy contento con acabar y coger experiencia, pero en Barcelona tenemos que subir el nivel.
Sin duda están dando pasos en la dirección adecuada, y además se puede ver cómo el coche tiene unas cuantas bondades que, en cuanto ese motor Honda empiece a desplegar su potencial, pueden llegar a dar alguna alegría. Según escuché comentar a Villadelprat ayer, se rumorea que el motor Honda daría una potencia cercana a la de Mercedes. Solo falta que la parte eléctrica funcione, poner «un par de parches», y a correr.