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Coches de competición para recordar: Nissan

Muy a menudo se ve a Toyota y a Nissan como dos caras de la misma moneda; dos de las marcas japonesas más importantes, dos marcas que a menudo se encuentran en los circuitos y entre las que siempre ha existido una sana y respetuosa rivalidad deportiva. Por lo tanto, era de esperar que tras revisar Toyota la semana pasada, esta vez toque revisar varios de los coches de competición más memorables de la historia de Nissan. Como siempre, elegir solo cinco es siempre poco para la historia de la marca nipona. Así que os invitamos, cuando llegue el momento, a sugerir más coches memorables de las diez primeras marcas revisadas.

Nissan 240ZG S30 – Varios

Conocido en varios mercados como Datsun 240Z, el Nissan S30 tiene ese aspecto de típico coche deportivo japonés de entre los años 60 y 70. De hecho se parece al Toyota 2000GT hasta cierto punto. Parte trasera redondeada y frontal largo, donde alberga un motor capaz de dar una buena potencia. Además, su bajo precio en relación con los deportivos europeos hizo que el coche gozara de una popularidad bastante especial. Aunque su aportación al mundo de las carreras no fue decisiva, sí que es interesante.

Quizás su mayor gesta fue la victoria en 1973 en el Rally Safari, con Shekhar Mehta al volante. El piloto keniano venció el Rally Safari un total de cinco veces y fue quinto en el mundial de rallyes del año 1981. Ese triunfo de 1973 fue la primera vez que ganó en una prueba del mundial, así como la única victoria del entonces conocido en Europa como Datsun 240Z; un coche que mostró la velocidad y sobretodo la rosbustez para aguantar la dureza de un rally como el Safari y aún más en esa época.

El S30 fue un coche destacado también durante los años 70 en cuanto a competiciones de turismos en Estados Unidos. Allí, Paul Newman fue uno de sus pilotos más destacados y lo hizo bien tanto en los campeonatos del este y oeste de los Estados Unidos. Además, cuando Bob Bondurant abrió su escuela de pilotaje, Nissan se asoció con él y desde sus comienzos hubo varias unidades del Nissan S30 utilizados para las enseñanzas del piloto norteamericano. En definitiva, un coche importante por sus propias razones y por su propio peso, un icono de la unión entre oriente y occidente que ayudó a Nissan a llegar al mundo entero.

Nissan R89C – Sport-Prototipo

El Nissan R89C, con unas líneas tan pulidas como para carenar las ruedas traseras -recordando a otro de los grandes de la resistencia de cierta marca británica-, fue el primer esfuerzo realmente serio por parte de Nissan para intentar ganar en Le Mans durante la época del Grupo C. Diseñado y construido en colaboración con Lola, este vehículo montaba un motor turboalimentado V8 de 3500 centímetros cúbicos que daba la friolera de 950 caballos de potencia.

Los inicios del R89C no fueron muy buenos, puesto que les faltaba tanto fiablidad como velocidad y durante 1989, los resultados no llegaron. Nissan solo consiguió estar tres veces en los puntos en el campeonato internacional, lo que les dió la quinta posición en el campeonato de marcas. En Japón no pudieron contra Toyota ni Porsche y fueron terceros. En cuanto a las 24 horas de Le Mans, prueba más importante del año, ninguno de los coches pudo terminar tras sufrir problemas técnicos en los tres casos.

La temporada de 1990 vio a los R89C competir en las primeras carreras hasta que los R90CK y R90CP estuvieron listos. Con ellos, Nissan obtuvo mejores resultados y fue evolucionando el modelo hasta llegar a la serie R92C. En cuanto al destino del R89C, fue cedido a equipos privados como Courage Competition, que llevó el chasis número 1, usado por el equipo oficial en 1989 a la vigésimosegunda posición final en Le Mans. Un coche sin éxitos que plantó la semilla que haría que Nissan trabajara hasta obtener los resultados deseados. Además, resulta ser uno de los coches más icónicos de la marca en Le Mans, el que lo comenzó todo.

Nissan Primera – Turismo

La historia del Nissan Primera en la competición no es muy extensa, pero es que a priori el modelo no debía dar demasiado de sí. A pesar de este pequeño inconveniente, se encontró con el crecimiento de una categoría especialmente popular durante los años 90. Una categoría que atrajo a grandes pilotos y equipos oficiales de varias marcas, lo que dió lugar a una competición feroz y el desarrollo de un tipo de coches poco habitual para competir. Se trata de los turismos y más concretamente, el BTCC.

Puesto que no existía en ese momento el DTM y el ITC había pasado ya a mejor vida, el BTCC quedaba como la única representante del sector de las carreras de turismos, con pilotos como Nigel Mansell como invitados, compitiendo contra grandes de la categoría como Gabriele Tarquini, Alain Menu, Jason Plato, Rickard Rydell o Jean-Cristophe Boullion, por nombrar a unos cuantos. Rivalizando con los Audi A4, los Renault Laguna Williams, los Peugeot 406 Ultron y los Ford Mondeo entre otros, Nissan participó con el Primera en una época de los turismos que trae buenos recuerdos a todos.

El Primera debutó en la categoría en 1996 y compitió hasta 1999 con la primera versión, culminando en el título de Laurent Aïello este último año. A partir de la temporada 2000, se usaría el nuevo Nissan Primera GT’00, pero las nuevas normativas de la temporada 2001 terminaron con la presencia de la marca japonesa en el BTCC. Se fueron con un título que ayudó en las ventas de unas versiones mucho más deportivas del Primera. Una de esas versiones más «de carreras» que tanto les gustan a los británicos. Un lobo con piel de cordero, podría decirse y eso es quizás lo que hace que el coche sea tan atractivo y tan recordado.

Nissan Skyline GT-R – Gran Turismo

Resumir la historia del Nissan Skyline o en su defecto la de la versión GT-R es una misión imposible. Utilizado en circuitos de todo el mundo y todo tipo de competiciones, se convirtió en el deportivo por excelencia de Nissan. Tanto en Europa como en América y evidentemente, en Japón, el Skyline era competitivo en cualquier competición de Gran Turismo en la que participara. Seguramente, el lugar donde más éxito tuvo fue en el campeonato japonés de Gran Turismo, el hoy en día conocido como Súper GT, pero también compitió en otros lugares.

De hecho, en 1995 un Nissan Skyline GT-R LM participó en las 24 horas de Le Mans, donde pudo terminar en décima posición. Además de ser bonito, con ese aspecto de coche de Gran Turismo musculoso que parecía hacerle aún más robusto de lo que era, el coche se mostró razonablemente competitivo. En cuanto al Súper GT, el Skyline venció en 6 ocasiones el campeonato de pilotos de la categoría mayor y en una ocasión el de la categoría pequeña, con un Skyline GTS-R. El heredero del Skyline, el llamado Nissan GT-R, venció en 2008 y de nuevo en 2011 y 2012. La última versión del renovado Super GT se impuso también en 2014. Adicionalmente, el GT-R GT3 se ha convertido también en uno de los coches más icónicos de su categoría.

El Skyline representa, tanto a nivel estético, tecnológico y de rendimiento, lo que tendría que ser un coche deportivo japonés. Espectacular, distinto, agresivo, rápido y ganador -¡y no tan caro como algunos equivalentes europeos!-. Nissan lo consiguió con el Skyline, sobretodo en sus últimas encarnaciones, por lo que no es de sorprender que la marca japonesa decidiera reciclar muchos elementos estéticos de cara al nuevo GT-R, que tan popular está resultando ser. Además, ha heredado el ADN de competición, y le hemos visto en varios campeonatos de Gran Turismo. Hasta el nuevo LMP1 de la marca utiliza el nombre GT-R junto con algunos elementos visuales…

Nissan R390 GT1 – Gran Turismo

La historia del Nissan R390 GT1 es muy parecida a la del Toyota TS020 GT-One. Concebido como un coche de GT1 tras el cambio de normativa de la categoría, el Nissan pretendía competir contra los McLaren F1, Porsche 911 GT1 y Mercedes CLKGTR. Era un coche que teóricamente debía poder ir por la calle y como en el caso del Toyota, se fabricaron dos unidades; ambas en el tradicional azul Nissan. Una de ellas terminó en la fábrica de la marca en Zama, Kanagawa. El otro se vendió en una subasta a un aficionado de Nissan anónimo.

Lo curioso del caso es que los Nissan no pasaron la inspección técnica del ACO en 1997 y tuvieron que modificar allí mismo el coche para que fuera aceptado. De cara a 1998, Nissan modificó la parte trasera del R390 GT1 para tener más espacio para la maleta hipotética -espacio pedido por normativa-. Aprovecharon para crear una versión “cola larga” con más eficiencia aerodinámica. Los resultados ese primer año fueron correctos, sin más. En 1997 clasificaron bien, con Martin Brundle marcando el mejor tiempo de la pre-clasificación en mayo. Pero solo un coche terminaría, en duodécima posición.

En 1998, las cosas fueron un poco mejor y aunque en la sesión clasificatoria fueron batidos fácilmente por Porsche y Mercedes, en carrera el Nissan mostró una fiabilidad digna de admirar para la época y los cuatro coches inscritos cruzaron la línea de meta. Lo hicieron en tercera, quinta, sexta y décima posición, lo que da fe de la capacidad del coche para producir resultados. El año siguiente habría podido ser su año pero el cambio de normativas trajo consigo un cambio de punto de vista de Nissan, que estrenó el R391, sin demasiados éxitos.

Nissan es una marca a la que siempre le ha gustado innovar, probar cosas nuevas y trabajar para obtener el mejor resultado posible. Lo vemos con su historia y lo vemos en la actualidad. En 2011 empezaron a fabricar motores para LMP2 de las Le Mans Series, causando la aparición de rumores que indicaban que podrían intentar fabricar un LMP1 para competir con Toyota, lo que se confirmó con su GT-R LMP1 híbrido. Además, apoyaron la iniciativa del Deltawing y desarrollaron el ZEOD. Está aún por ver si el nuevo LMP1 de Nissan con motor delantero es capaz de ser rápido pero cuando antes de ni siquiera debutar ya se ha convertido en algo icónico, eso es que estamos ante algo extraordinario.

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