Un irlandés sin pelos en la lengua con un talento menospreciado y suficiente espíritu de equipo como para aceptar ser segundo piloto de uno de los grandes equipos de la Fórmula 1. Un hombre con velocidad suficiente como para ser uno de los mejores segundos pilotos de los tiempos recientes en la categoría reina. Un diseño de casco con colores vistosos fácilmente reconocible. Eddie Irvine, genio y figura. Y un diseño con una historia peculiar.
Un hecho que muchos aficionados ignoran es que Eddie Irvine empezó a competir en la época en la que Ayrton Senna empezaba a destacar en la Fórmla 1. El norirlandés, que siempre había sido un gran seguidor de su compatriota John Watson, admiraba al brasileño y desde sus inicios utilizó ese inolvidable diseño de Senna con los colores amarillo, verde y azul. Era como ver a Ayrton Senna en otras categorías, puesto que el diseño era idéntico.
Eddie Irvine utilizó ese diseño en su paso por la Fórmula 3 y los primeros tiempos en la Fórmula 3000, llegando incluso a probar un Onyx de Fórmula 1 con lo que era básicamente el casco del campeón del mundo de 1988. Al cabo de poco tiempo, con algo más de experiencia en Fórmula 3000 y con la llegada a la categoría reina en el horizonte, el británico empezó a variar su diseño. Inicialmente, las línea inferior adoptó el color verde.
Poco después, ambas se inclinaron, dando un resultado familiar pero distinto al original. Para cuando firmó el contrato para competir en la Fórmula 3000 japonesa, Irvine ya competía con un casco de color naranja en lugar del amarillo original. Pero el diseño aún mantenía ese estilo Senna, a pesar de los distintos colores e inclinación de las rayas laterales. El diseño de casco se mantuvo incluso con su llegada a la Fórmula 1. Con un trebol en la parte trasera, siempre orgulloso de ser irlandés -aunque fuera Irlanda del Norte-.
Curiosamente, el debut de Irvine en la máxima categoría -con Jordan en el Gran Premio de Japón en un circuito que conocía bien- trajo consigo una anécdota que es aún más curiosa teniendo en cuenta el origen del diseño del casco del piloto y la admiración que tenía por Senna. Durante el gran premio, el ya atrevido Irvine se desdobló del líder de carrera, Senna, al ver que era más rápido en un momento dado. Al brasileño no le gustó y tras la carrera, propició un puñetazo al novato.
Irvine puntuó en su debut y se ganó el seguir en Jordan. Solo llegó a coincidir con Senna en una carrera en 1994, el Gran Premio de Brasil. Allí se vio involucrado en un accidente del que fue considerado culpable, por lo que recibió una suspensión de tres carreras. Cuando volvió a competir, Ayrton Senna había perdido la vida en Imola. Irvine mantuvo el diseño básico a lo largo de sus años en Jordan primero y en Ferrari después.
Durante la época de rojo, el color naranja subido que se había visto en Jordan se convirtió en algo más parecido al «rosso corsa» de la Scuderia. Ese color rojo sangre con el verde de sus rayas laterales -menos inclinadas, volviendo al diseño original- daba una imagen resultona y con el Cavallino Rampante en la parte superior, el «paquete Ferrari» quedaba completo. Con su marcha a Jaguar en el año 2000, dejó su diseño original y adoptó algo tan audaz como hortera, hasta cierto punto; la cara de un jaguar en ambos laterales. Solo Eddie podía hacerlo funcionar.
