Ha sido inevitable que tras ver cómo ha evolucionado el Rally de Argentina y los grandes problemas de Volkswagen Motorsport, no me acordara de las actuaciones pasadas de Ford en la prueba sudamericana. Recordemos que la firma del ovalo siempre tenía marcadas en el calendario tanto Argentina como México como las dos citas en las que sus mecánicas, y sobre todo sus propulsores sufrían más que en el resto. En dos años de Mundial prácticamente sólo recordamos un par de ocasiones en las que uno de los Polo R WRC oficiales, y recalco lo de uno, ha sufrido o ha abandonado debido a esta razón.
Y es que en el país blanquiceleste han sido los tres coches de los de Wolfsburgo (dos unidades de la versión 2015 y una del 2014 por lo que podríamos descartar que haya sido la evolución la que ha perjudicado la fiabilidad) los que han tenido que retirarse debido a algún problema mecánico. El primero de ellos era sorprendentemente el del vigente Campeón y el máximo candidato que en el segundo tramo del rally decía adiós a la carrera problemas en el propulsor 1.6 Turbo, en principio con la inyección.
En ese momento comenzaba la pesadilla del galo que también vería como los hombres que acostumbran a luchar por el Top Ten, le superaban al sufrir problemas con la dirección asistida. Algo parecido le ocurría a Jari-Matti Latvala que además de pelearse con los frenos, también tuvo que hacer frente a un fallo similar con la dirección similar al que tuvo su jefe de filas. Esto dejaba a Volkswagen con sus dos hombres fuertes fuera de la batalla, algo que se redondeaba con el fallo de motor que obligaba a Latvala a tomar el camino de la retirada a sólo tramo y medio del final. No corría mejor suerte Andreas Mikkelsen. Tras el duro golpe de perder el Rally de Suecia en el último tramo, el noruego está afrontando problemas personales, algo que quedó patente en su forma de afrontar la cuarta cita del WRC y que finalmente cerró con dos abandonos, una por la mecánica y la última y definitiva por el accidente en la Power Stage.
Sin embargo, los problemas de la firma germana no pueden eclipsar la primera victoria en el Mundial de Kris Meeke, la 26ª de Colin McRae, mentor y padrino del piloto e ingeniero mecánico de 35 años. Casi una década después Citroën ya puede presumir que los integrantes de su equipo en el JWRC han conseguido su primera victoria absoluta y ambos al volante del Citroën DS3 WRC. En esta ocasión el norirlandés no falló, aguantó la primera etapa de descarte y el resto del rally se limitó a mantener a raya a su compañero de equipo.
Inteligente y sin errores, justo lo contario a lo que hizo el año pasado en el Rallye de Alemania. Meeke ya puede mirar a Ostberg de tú a tú y decirle que él también tiene un triunfo en el WRC. A buen seguro, Colin está mirando orgullosamente a otro de sus hijos triunfar. Veremos si la evolución del modelo de los dos chevrones puede con las nuevas mejoras aerodinámicas que se estrenarán en Portugal, plantar cara en el futuro a Volkswagen sin necesitar que los tres pilotos tengan problemas.
Me sigo preguntando qué hubiera ocurrido si Hyundai se hubiera mantenido en la lucha. Tal vez Thierry Neuville y Dani Sordo hubiesen podido apretar las tuercas a los pilotos de la marca gala. Sin embargo, Argentina fue dura para todos los equipos y especialmente para Hyundai que a pesar de los problemas pudo solventar la situación y sumar puntos muy importantes para mantenerse empatados con Citroën y estar a menos de 20 puntos de Volkswagen. En cuanto a las actuaciones personales, el toque de Neuville le apartó al igual que a Ogier muy temprano de la lucha, mientras que el cántabro llevó otra estrategia, comenzando a un ritmo conservador para ir tomando confianza poco a poco con el paso de los kilómetros.
Lástima que los problemas con la dirección y eléctricos le dejaran sin un podio que tenía al alcance de la mano. El domingo marcaba un scratch en la primera pasada por el cóndor y además conseguía la segunda plaza en la segunda pasada, la valedera para la Power Stage. Peor aún le iban las cosas a Neuville que sumaba su segundo toque consecutivo en la última especial, golpeando la misma roca en la que Mikkelsen terminaba prematuramente su rally y ve cómo su compañero en Hyundai únicamente tiene 5 puntos menos que él a pesar de haber corrido una prueba menos.
Además, el equipo de Michel Nandan se veía afectado tras el accidente de Hayden Paddon durante la jornada del sábado. A pesar de que la tripulación neozelandesa no tenía responsabilidad alguna en las lesiones producidas en los seis aficionados, todos ellos mal colocados, tanto Paddon como su copiloto quedaban con la moral tocada. Los que tenían motivos para sonreír eran Elfyn Evans y Martin Prokop. En la que posiblemente sea su último rally al volante del “antiguo” Ford Fiesta RS WRC, el galés y el checo conseguían sus mejores resultados en el WRC (en el caso de Prokop igualaba su cuarto puesto), siendo el podio del pupilo de Malcolm Wilson el primero conseguido en su corta carrera como piloto de la categoría absoluta.
Se notó la ausencia de Robert Kubica, en gran parte porque el aura y el seguimiento del polaco siempre son muy importantes dentro del Mundial de Rallyes. Esperemos tenerlo a pleno rendimiento junto a su equipo en Portugal, junto al resto de estrellas del Campeonato. Por su parte, el nuevo abandono de Ott Tänak vuelve a pasar factura al estonio que todavía tiene que justificar que Malcolm haya vuelto a confiar en él tras el fallido 2011. En cuanto al WRC2, dos protagonistas, Yurii Protasov, que consiguió 11 scratchs de 12 tramos posibles y que en el otro rompió la suspensión, y Al Kuwari, piloto que heredaría la victoria de manos del ucraniano y que se llevaba su primer triunfo mundialista sin ser el más rápido en ninguna especial.