Hace ya unos cuantos años que Indianápolis se cayó del calendario de la Fórmula 1 y con él se fue el último reducto de óvalos peraltados que quedaban en el gran circo. A pesar de que año tras año, con la llegada del campeonato a Monza, se hacen multitud de reportajes acerca del trazado antiguo, es casi impensable volver a ver un monoplaza afrontando el “banking” del templo de la velocidad, que año tras año se desempolva con motivo del Monza Rally Show.
Sin embargo, hay algunos pilotos que siguen soñando con competir un ovalo de dichas características (el de Monza tiene 38 grados de banking) al volante de un Fórmula 1. Uno de ellos es el propio Lewis Hamilton, el cual estuvo realizando un acto promocional junto a Stirling Moss en el trazado italiano y que ha reconocido que estaría encantado de disputar un Gran Premio en uno de los grandes Speedway norteamericanos.
Realmente no hay razón por la que no podamos ir a los peraltes hoy. Si el asfalto es nuevo, yo iría. ¿Te imaginas lo que sería una carrera allí con los coches actuales? Un espectáculo increíble.
No es la primera vez que se corre en un peralte así, con el Gran Premio de Estados Unidos utilizando parte del Speedway entre los años 2000 y 2007 (recordemos la polémica de la temporada 2006 porque los neumáticos Michelin no soportaban dicha zona) e incluso las 500 Millas de Indianápolis formaron parte del calendario de la Fórmula 1 en la década de los cincuenta.
Sinceramente, con todos los problemas que han tenido para hacer los IndyCar más seguros tras el accidente mortal de Dan Wheldon, meter a 20 F1 en un circuito oval podría suponer un grave problema de seguridad. Tendrá que esperar Hamilton a correr en la NASCAR (algo que no sería de extrañar tras ver el sentimiento norteamericano del británico que se ha comprado incluso dos muscle car como el Shelby Cobra y el Ford Shelby GT500) para poder vivir estas sensaciones, algo que Kimi Räikkönen ya conoce de su breve paso por USA.
Vía | Motorsport-Total
