A algunos podría parecerles que la historia de Williams es, como marca dedicada exclusivamente al mundo de la Fórmula 1 salvo colaboraciones concretas, demasiado polarizada. Eso hace que los únicos coches de competición que forman parte de la lista son mononplazas de la categoría reina. Pero sea como fuere, es innegable que el equipo capitaneado por Frank Williams y recientemente su hija Claire se ha labrado una historia propia en los últimos 40 años. Cuando alguien consigue ser un equipo ganador en un lustro, es que se trata de algo especial.
Williams FW07 – Fórmula 1
Cuando en el Gran Premio de España de 1979 se estrenó el Williams FW07, muchos se dieron cuenta de inmediato que Patrick Head había dado con una tecla mágica. De hecho, siendo desarrollado y probado en el mismo túnel de viento que el coche en el que estaba inspirado -el Lotus 79-, Head había conseguido mejorar lo que tan solo doce meses antes parecía imposible de mejorar. El Williams FW07 tenía un efecto suelo depurado, con líneas muy finas -parecidas a las del “79” Colin Chapman- que impactaban en seguida, dándole un aspecto particular.
El coche tardó en terminar una carrera, pero cuando lo hizo, Clay Regazzoni se encargó de que fuera en el podio, en Mónaco. A partir de entonces, una victoria del suizo en Silverstone -la primera de Williams- y cuatro de Alan Jones, que hizo de Williams el mejor equipo de la segunda mitad de temporada. No fue suficiente para ganar pero todo llegaría puesto que el FW07 tuvo una nueva oportunidad en 1980 con una versión «B». Cinco victorias del australiano y una de su nuevo compañero de equipo, Carlos “Lole” Reutemann, aseguraron para Williams el título de constructores y para Jones el de pilotos.
Todo iba viento en popa y para 1981, con el FW07C, se esperaba repetir títulos. No pudo ser por culpa de la rivalidad entre Reutemann y Jones. El primero no contaba con el apoyo del equipo tras haber desobedecido órdenes que favorecían a Jones pero estuvo más acertado durante la temporada. Al final, Nelson Piquet robó la cartera en la última carrera mientras que el equipo tuvo que consolarse con un nuevo título de constructores. El histórico FW07 aún obtuvo un par de segundas posiciones en las tres primeras carreras de 1982 antes de dejar paso a su sucesor.
Williams FW11 – Fórmula 1
Un récord casi perfecto es lo que tiene el Williams FW11 que el equipo británico usó en las temporadas 1986 y 1987 de Fórmula 1. En las dos se llevó el título de constructores, y el título de pilotos que llegó en 1987 pudo haberse obtenido también en 1986 de no ser por la mala suerte de Nigel Mansell por un lado y las luchas entre él y Nelson Piquet por el otro. La causa de la batalla interna hay que encontrarla en el hecho que Frank Williams no pudo dirigir el equipo durante la fase crucial del campeonato, tras un grave accidente de tráfico que casi le cuesta la vida y le postró en una silla de ruedas. Patrick Head, gran ingeniero, no era tan hábil en la gestión deportiva.
El FW11 debutó en la primera carrera de 1986 con victoria de Nelson Piquet y en total el coche cosecharía ocho victorias más con un total de nueve y un final dramático, con Nigel Mansell y aquel famoso reventón de Adelaide que le costó un título que parecía que iba a ser suyo. Para 1987 la nueva evolución se llamó FW11B y el equipo tenía la clara intención de ir a por el título de pilotos. Con los mismos guerreros en el seno del equipo, la lucha interna siguió pero tal era la superioridad del Williams-Honda que el campeonato se convirtió en cosa de dos y no quedó decidido hasta el accidente de Mansell en Suzuka. El británico se hizo daño en el cuello y ello le impidió participar en el gran premio japonés así como en la carrera final en Australia. El título era para Piquet.
Al final, 18 victorias sobre 32 carreras son una muestra clara de lo que el monoplaza podía hacer. Además, su aspecto nos recuerda al último año de los motores turbo desatados, pues en 1988 la normativa de presión del turbo ya reducía la potencia. Por ello, las temporadas de 1986 y 1987 son las temporadas donde los respectivos chasis de los equipos estaban más adaptados a los poderosos motores turbo. Las temporadas de 1986 y 1987 supusieron el inicio de una época dorada para Honda, que sumó seis títulos de constructores y cinco de pilotos en seis temporadas.
Williams FW14 – Fórmula 1
Curiosamente, el encargado de romper la hegemonía de los motores Honda iba a ser nada más y nada menos que Williams, con el FW14 y un motor que iniciaría otra era en la Fórmula 1; el Renault. La temporada de 1992 vivió el primero de seis títulos de constructores seguidos un coche con motores Renault -Williams en todos los casos excepto el de 1995, con Benetton-. El FW14 es casi igual de exitoso en términos generales que el FW11, con 17 victorias sobre 32 carreras. Pero esto son solo números y hay algo más, algo muy importante, que es la temporada de 1992.
Sus comienzos, en 1991, no fueron para nada despreciables. El primer coche firmado por Adrian Newey para Williams era claramente superior al McLaren pero varios problemas de juventud así como de fiabilidad mermaron sus opciones en la primera parte de temporada. Fueron siete victorias, las totales ese primer año pero McLaren y Ayrton Senna se llevaron las coronas. Aún así, Newey lo tenía claro; 1992 tenía que ser el año de Williams ¡y vaya si lo fue! Más de lo que ellos mismos esperaban, probablemente.
Gracias a los sistemas de control de tracción y suspensión activa especialmente desarrollados, el Williams FW14B se convirtió en una máquina imbatible. En Silverstone por ejemplo, Nigel Mansell clasificó dos segundos por delante de su compañero, un Riccardo Patrese que a su vez resultó un segundo más rápido que Senna, tercer clasificado. Siendo el segundo año que el FW14 se utilizaba, se trataba de un coche particularmente trabajado. Entre el gran rendimiento y la ya reconocible decoración con los colores azul y amarillo junto al siempre resultón “Red Five” de Nigel Mansell, el FW14 se convirtió en leyenda de inmediato.
Williams FW16 – Fórmula 1
Precisamente el FW16 de 1994 fue el último Williams que Nigel Mansell utilizó en un gran premio, terminando su relación con Williams con una muy saboreada victoria. A pesar de todo, el resultado fue agridulce para el equipo pues la victoria llegó el día en que Damon Hill perdió el título contra Michael Schumacher. Además, la presencia de Mansell -esta vez con un “Red Two” en vez de su tradicional cinco- se debía a la pérdida de Ayrton Senna en Imola. La temporada fue trágica no solo para Williams; lo fue para la Fórmula 1, el mundo del automovilismo y el mundo del deporte en general.
La nueva máquina de Adrian Newey era, en cierta forma, una evolución del FW14B de 1992 y el FW15C de 1993. Decimos en cierta forma puesto que durante las dos temporadas anteriores se habían producido varias prohibiciones de ayudas electrónicas, por lo que el coche de 1994 tenía relativamente poco que ver con sus predecesores aunque sí era heredero de varios conceptos. Casi podría decirse que el de 1994 era un Williams de 1992/1993 re-imaginado con las normativas del momento. Si el coche era capaz de dominar en 1992 y 1993, debería por lo menos ser capaz de luchar por ganar en 1994.
Ayrton Senna marcó la pole position en las tres primeras carreras, demostrando el potencial a pesar de lo delicado de pilotar que era y Damon Hill ganó en Barcelona -aunque se debió más al famoso problema en el cambio de Michael Schumacher- y en su casa, en Silverstone. El FW16B que se estrenó en Alemania, con modificaciones exigidas por el reglamento a causa de los sucesos acaecidos en el Gran Premio de San Marino, resultó ser un coche vencedor. De las ocho carreras que disputó este FW16B, se impuso en cinco y puso en aprietos a Benetton y Schumacher. Además, las líneas afiladas y agresivas del FW16 junto con los colores de Rothmans hicieron del coche una combinación ganadora también a nivel estético.
Williams FW25 – Fórmula 1
Después de un par de años con unos Williams inexplicablemente rojos -¡manos a la cabeza!- y la marcha de Renault de la Fórmula 1, la llegada de BMW como nuevo compañero de viaje del equipo de Grove se recibió con ilusión. Aunque los triunfos no llegaron de forma inmediata, la unión resultó exitosa y para 2003, el FW25 acabó llegando a ser un candidato al título. Aunque todo hay que decirlo; costó llegar a este punto clave.
El Williams FW25 contaba con el trabajo de Antonia Terzi, aerodinamista proveniente de Ferrari, que desarrolló el que tenía que ser el coche que recuperara el honor de Williams -y en caso de poder ser, también los títulos-. El coche era delicado de poner a punto y tanto Juan Pablo Montoya como Ralf Schumacher se quejaban de subviraje hasta que Michelin lo solucionó con un neumático delantero algo más ancho. Las cuatro victorias del año llegaron en el espacio de seis carreras en verano, con dos dobletes incluidos. Tras la quejas de Bridgestone sobre la anchura de los neumáticos Michelin -algo que volvería a suceder en 2005-, la marca francesa se vio obligada a rediseñar los neumáticos delanteros.
Con esto, Williams perdió su competitividad. Al final, no hubo ningún título para Williams, que a pesar de todo completó un año exitoso, siguiendo con la línea ascendente empezada en 2000. El objetivo de cara a la temporada 2004 solo podía ser uno; llevar la unión de Williams y BMW al máximo nivel. Al final, el FW25 quedó como el máximo exponente de esa relación. Además, Marc Gené compitió con el en el Gran Premio de Italia, donde terminó en quinta posición, dándole un significado especial para los aficionados españoles.
No hay ninguna duda de que Williams es uno de los equipos más importantes de la historia de la Fórmula 1, junto a McLaren y Ferrari en primer lugar, con Lotus extremadamente cerca. Como tal, sus coches son historia y por ello hay varios que tienen una belleza especial. También sus decoraciones han sido míticas, empezando con las de Canon a mediados de los años 80 y terminando con las Rothmans de mediados de los 90. Williams, con Frank Williams a la cabeza, merece el respeto que tiene y el aprecio de la comunidad de la Fórmula 1 al completo. Con el retorno de Martini, una nueva gran época puede estar iniciándose…
En Diariomotor Competición | Coches de competición para recordar: Ferrari, McLaren, Lotus, Porsche, Lancia, Ford, Toyota, Nissan, Alfa Romeo