Cuando la Fórmula 1 llegó al renovado circuito de Montecarlo en 1972, las sorpresas habían tomado el campeonato del mundo con el veterano Denny Hulme en cabeza de la clasificación general. El neozelandés de McLaren había ganado en Kyalami y estaba empatado a puntos con Emerson Fittipaldi, ganador en el Jarama. La otra victoria había sido para el campeón en título, Jackie Stewart y aunque sin triunfos, Jacky Ickx y Clay Regazzoni con los Ferrari estaban bien situados en cuanto a puntos.
Todo esto hacía esperar un buen fin de semana en un Mónaco a la vez conocido y por conocer. El trazado del Principado había cambiado entre 1971 y 1972. Aunque la línea de meta se mantenía en el lugar de siempre, el pit-lane pasó a estar en la zona del puerto, justo después del túnel. La chicane original se convertía en la entrada a boxes y el circuito pasaba a ir recto tras el túnel -en la zona donde hoy en día hay una escapatoria en la Fórmula 1, la parte usada en sentido contrario a como la usó la Fórmula E-.
Evidentemente, poco antes de la curva del Tabac se instaló una chicane para pasar de la nueva sección a la antigua. Por lo demás, el circuito se mantenía igual. La configuración de chicane del puerto se acabaría recuperando al año siguiente aunque ello trajo consigo las modificaciones en la zona de la Piscina y la Rascasse. Con un nuevo trazado en 1972, por lo tanto, la pole position supondría un nuevo récord que al final fue a parar a manos de Emerson Fittipaldi en su Lotus 72. Tras él, los dos Ferrari y un sorprendente Jean-Pierre Beltoise con su BRM.
La lluvia del sábado por la tarde se mantuvo el domingo y cuando la carrera dio comienzo, la pista estaba inundada. En el momento de la salida, Beltoise sorprendió a todo el mundo y se situó en cabeza, posición que no dejó hasta la mismísima bandera de cuadros. Estando por delante del grupo y sin «spray» que le molestara, su visibilidad era mucho mejor que la de los demás pilotos, lo que le daba una ventaja importante en un circuito que estaba impracticable.
De hecho, el giro más rápido de la carrera, firmado por el propio Beltoise, se quedó a casi veinte segundos de la pole del día anterior. Por detrás, Regazzoni tomó la segunda posición inicialmente, con Fittipaldi e Ickx justo detrás. Los Ferrari iban bien bajo la lluvia a pesar de un error de Regazzoni que le obligó tanto a él como a sus dos perseguidores a tomar una escapatoria y perder algo de tiempo. Esto le daba a Stewart una segunda posición que le duró poco, pues Regazzoni era más veloz.
Aún así, el bravo piloto suizo acabó realizando un trompo que le mandó atrás. Por delante, Ickx dio cuenta del escocés de Tyrrell con facilidad y se escapó en búsqueda de una victoria que sería imposible. Sorprendentemente, el primer abandono por accidente no se produjo hasta la vuelta 27, cuando Peter Gethin se salió de pista. Unas vueltas antes, Reine Wisell había abandonado por problemas en su motor. Dos BRM menos, tres en pista. Otro más acabaría abandonado, también por accidente.
También Regazzoni acabó abandonando en la vuelta 51, pasada la hora y media de carrera. Aún quedaban tres cuartos de hora de pilotaje en condiciones infernales aunque ya con pocos abandonos por ver. Al final, dieciocho coches cruzaron la línea de meta. Jean-Pierre Beltoise pasó por debajo de la bandera de cuadros casi 40 segundos por delante del segundo clasificado, Jacky Ickx. La lucha por el tercer puesto había sido dura pero finalmente Emerson Fittipaldi se quedó con el último lugar en el podio aunque ya a una vuelta.
Jackie Stewart tuvo que conformarse con la cuarta posición después de haber sufrido problemas en su motor Cosworth, a dos vueltas del vencedor. Brian Redman y Chris Amon completaron la zona de puntos ya a tres giros de distancia de Beltoise. Entre otros ilustres que completaron la carrera, encontramos a Helmut Marko, Ronnie Peterson, Graham Hill y Niki Lauda, todos ellos fuera de la zona de puntos.
Al final, la celebrada victoria de Beltoise acabó siendo la última de BRM en la Fórmula 1. Aunque el equipo tenía el soporte de Marlboro y cinco coches en pista, la falta de resultados empezó a marchitar el equipo, que con Beltoise subió por última vez al podio en 1974. Larry Perkins disputó el último gran premio del equipo en la temporada de 1977, cerrando una etapa histórica de la Fórmula 1.
