Llevo dando vueltas a una cosa ya unos cuantos fines de semana de carreras. Empecé viéndolo en las motos, pero ahora lo veo también en categorías de los escalones más bajos de la carrera de un piloto: hay accidentes, como es lógico, pero se intuye una falta de respeto creciente entre los pilotos, algo que se suele ver en el mundo online, donde las carreras que uno puede jugar en red están plagadas de vándalos y gente sin nada más en la cabeza que unas cuantas «hormonas de la agresividad». En el mundo real, esa falta de límites implica que sucedan accidentes como los del pasado fin de semana en Monza.
Hoy, leyendo la columna de Charles Bradley en Motorsport, veo que no soy el único que piensa de esta forma. También vi ayer un vídeo resumen de las carreras del fin de semana en el universo World Series, y vi un exceso de toques. No nos confundamos, una cosa es la competición fiera, con roces, con rueda a rueda, con toques que son puro incidente de carrera, y otra cosa son pasadas completas, golpes increíbles (y pienso en el caos de la Renault Sport Trophy, abajo el vídeo), o golpes de consola en la ya muy mencionada ronda de Monza de la F3.
Si me remito a las motos, en la categoría pequeña es donde vimos los peores gestos posibles de los pilotos, con agresiones (bueno, simples puñetazos en el hombro, pero también alguna patada) y hasta uno de ellos, Fenati, apagaba la moto de su «enemigo» mientras practicaban una salida. Gestos de patio de colegio que deben ser corregidos en las categorías inferiores, para que no sucedan jamás en las superiores.
En lo que se refiere a las cuatro ruedas, tenemos un planteamiento según el cual se sanciona severamente cualquier incidente de carrera entre los mejores pilotos del mundo, los de Fórmula 1 (con un doble rasero bien conocido por todos), cuando, si se educa bien a los pilotos en su progreso hacia la máxima categoría, nos podemos asegurar de que lleguen todos en condiciones, con el respeto por bandera y con una capacidad entrenada para mantener las distancias siempre que sea humanamente posible. Como siempre pasó.
Pero como dice Charles Bradley, si la cosa sigue así, la próxima carrera de la F3, en Spa, puede tener más peligro que un mono con estrellas ninja.