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Se acabó la paciencia con McLaren-Honda

Se suele decir que el fracaso es más grande cuantas más expectativas creas y a pesar de que desde el primer momento se dijo que McLaren-Honda iba a tener muy difícil luchar por resultados ‘dignos’, la decepción generada por los de Woking, en su asociación con los japoneses, ha acabado con la paciencia de muchos tras sólo siete Grandes Premios. Y es que el prometer conseguir podios tras X carreras y llegar al final del año peleando por las victorias es ahora una piedra más al cuello de este proyecto que hizo historia en el pasado.

Obviamente a toro pasado es muy fácil hablar y si hubieran conseguido luchar por podios a más de uno nos hubiera cerrado la boca, pero lo cierto es que lo que ha necesitado McLaren desde pretemporada ha sido un milagro, algo que en la Fórmula 1 actual es cada vez más difícil de ver. Siete carreras después vemos a un equipo perdido, con un problema distinto en cada carrera que pasa y de nuevo con los dos monoplazas que se quedan sin ver la bandera a cuadros y todo ello a pesar de haber gastado dos tokens en una evolución que debía hacer la Unidad de Potencia más fiable.

Ya es imposible achacar todos los males a los hombres de Honda, cuando no ha sido el motor, ha sido la electrónica, la parte eléctrica o como en el caso de hoy, los escapes. No sólo eso. Ni Button, ni Fernando Alonso ya ocultan que el MP4-30 no estaba tan bien ‘parido’ como decían. Problemas de tracción, de chasis, de aerodinámica… Hemos pasado del discurso confiado, que hablaba de las victorias y de luchar por los títulos en 2016 a otro que ya utiliza el “ojalá estemos luchando pronto”. También la sensación de tranquilidad que transmitía el asturiano ha dejado paso a mensajes de radio como del que hemos sido testigos hoy: «Me niego, quiero competir, llevo toda la carrera pilotando como un amateur».

Sólo les queda trabajar. Está claro que no existen varitas mágicas que conviertan la calabaza de McLaren en una carroza que dure más allá de la medianoche, pero la palabra paciencia ya se ha quedado corta y lo que deberían pedir los pilotos (y en especial Fernando Alonso) es fidelidad y apoyo en estos momentos de los que únicamente se podrá salir con esfuerzo y tiempo. Al fin y al cabo, ese mismo piloto que hizo disfrutar a millones de personas hace años sigue mereciendo algo a cambio de esos momentos de felicidad.

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Iván Fernández

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