Muchos millones de euros. Esa es la inversión que cualquier marca tiene que hacer sí quiere triunfar en las 24 horas de Le Mans. Hace unos años, alguien de Audi me comentó que la marca de Ingolstadt invertía en una campaña de resistencia (con las 24 horas de Le Mans como objetivo principal) lo que una escudería intermedia de la Fórmula 1. Traducido a números reales, una cifra que se acerca a los 100 millones de euros. Viendo el despliegue de los grandes dominadores de esta prueba en la última década y media, nos podemos hacer una idea de la magnitud, y el desembolso, necesario para cualquier marca si quiere aspirar a la victoria.
En 2015, Audi vuelva a ser la referencia con su R18 e-tron quattro. Sus dos victorias en las dos primeras citas de la temporada del WEC demuestran que una vez más cuentan con el mejor paquete. Un coche rápido, fiable y unas formaciones de pilotos con experiencia y velocidad. El paquete completo que les coloca como claros favoritos a la victoria. Son Audi y en Le Mans los galones también cuentan.
Y es que, por mucho que Porsche nos haya demostrado que han dado un paso adelante con su completamente remozado 919 Hybrid, los de Stuttgart aún tienen que demostrar que en una carrera de 24 horas son capaces de superar a sus primos y rivales. Su velocidad en las dos primeras citas del Mundial de Resistencia, y la forma de volar en clasificación, son la mejor manera de mostrar que su temporada de debut les ha servido para ganar la experiencia necesaria pero quizás aún estén un pequeño paso por detrás.
En 2014, Toyota dominó el WEC consiguiendo el título pero se quedaron con las ganas en las 24 horas de Le Mans. El título del mundial, por mucho que lo intenten, no vende portadas. Su estrategia de contar con únicamente dos unidades, por las tres de sus rivales, podría volver a ser un handicap. Además, este año no cuentan con la baza de la velocidad. No son los más rápidos así que si quieren triunfar, tendrán que apelar a la fiabilidad. Algo que en años anteriores no les ha valido.
Si hablamos de Nissan, y su GT-R LM NISMO, hablamos de la gran incógnita. Sin kilómetros de competición, el rompedor LMP1 japonés es una incógnita. En entrenos ya han demostrado que están a un mundo y los 20 segundos de desventaja es algoo que no podrán igualar. Su único objetivo será claramente ver la bandera a cuadros y para cualquiera de los tres Nissan hacerlo será un éxito. Hoy por hoy necesitan probar en competición y probarse antes sus rivales y en eso están incluso por detrás de los LMP1 privados, algo que dice mucho sobre la evidente falta de desarrollo.
Por último, no nos podemos olvidar de los LMP1 privados. Este año ya no son Light y su lucha con los oficiales aún parece más desigual. Los tiempos en los que un equipo privado se pudiera hacer con la victoria son cosa del pasado. En 2015, será una lucha concreta entre los dos Rebellion R-One con motor AER y la única unidad del CLM P1/01 (también con propulsor AER) de Team ByKolles. Los suizos son una apuesta segura y basan en su regularidad, como un reloj, los grandes resultados y a pesar de los 11 coches oficiales, pensar en un Top10 para ellos no es para nada una utopía.
