Confirmado. Tras los comentarios de Pascal Vasselon de comienzos de esta semana, de cara a la próxima temporada, Toyota ya ha comenzado a trabajar en el desarrollo de un nuevo propulsor térmico que «jubilará» al actual V8 atmosférico de 3.7 litros. De momento, tan sólo se ha desvelado un detalle sobre la futura configuración: será un motor de gasolina. Más allá, se rumorea que podrían tomar la decisión de optar por un motor compacto, al estilo del 4 cilindros bóxer de Porsche, y lógicamente Turbo. La mayor consistencia prestacional en cualquier circunstancia de este tipo de motores sería la razón principal.
En cuanto al sistema de almacenamiento de energía, Toyota quiere pasar a la categoría de 8MJ regenerados en cada vuelta y aunque para ello podrían seguír optando por sus actuales supercapacitadores, el aumento de peso sería considerable. Es por ello que la opción principal será utilizar un sistema de baterías más «convencional».
Aunque a priori el cambio en el sistema de almacenaje de energía estaba planeado para 2016 y el cambio de propulsor para 2017, las pobres prestaciones, o la diferencia con sus rivales, en este comienzo de temporada han precipitado la decisión. El nuevo Toyota estrenará la denominación de TS050 debutando en pista a comienzos del próximo año, tal y como ocurrió con el TS040 en 2015.
Fuente – Racer