Cuando hace una semana se habló de la posibilidad de que Citroën Racing y Peugeot Sport compartan la base de Versalles me surgió la duda de si los programas deportivos del Grupo PSA (ya reducidos durante los últimos años debido a la crisis) pudieran resentirse aún más. La continuidad de la firma de los dos chevrones en el Mundial de Rallyes siempre ha estado en entredicho, mientras que en el WTCC parecen tener asegurados un par de temporadas más luchando por victorias y títulos.
Obviamente, y al igual que el resto de modelos que entraron en 2011, el Citroën DS3 ha llegado prácticamente al máximo de su aprovechamiento, tanto comercial como competitivo y ya es difícil que las evoluciones mejoren su rendimiento. Es por ello que toca pensar en la llegada de un nuevo modelo manteniendo el reglamento a partir de 2017 (aunque se espere que sean más potentes, ligeros y con mayor carga aerodinámica) y la utilización de los motores 1.6 Turbo. Algo similar a lo que ocurrió con los anteriores World Rally Cars 2.0 Turbo y la transición Xsara-C4.
En concreto y tal y como desliza AUTOhebdo en su edición digital y de papel, Citroën estaría pensando en realizar su nuevo coche de rallyes sobre la base del C3. Queda por saber si Abu Dhabi continuará siendo el patrocinador principal del equipo o si Yves Matton deberá buscar un nuevo acuerdo con otra marca.
El objetivo del paso de Peugeot Sport de su sede de Vélizy a Satory-Versalles antes de septiembre de 2016 es la de que las dos firmas del grupo (tres si tenemos en cuenta la recién creada DS) compartan conocimientos y empiecen a trabajar juntas. Sin embargo, la falta de espacio puede significar la imposibilidad de compatibilizar tres programas internacionales al mismo tiempo, algo que actualmente sucede con Peugeot en el Dakar y Citroën haciendo doblete en el WTCC y WRC.
