Marcus Ericsson es el último piloto participante en la Fórmula 3 japonesa que ha llegado a la Fórmula 1. Además, se trata también del último campeón no japonés del antaño popular certamen nacional, el único auspiciado por la FIA más allá del europeo. Ericsson comenzó su ascenso hacia la Fórmula 1 en 2009, tras convertirse en el primer piloto sueco en vencer el campeonato japonés de Fórmula 3 en un año lleno de emociones.
Después de una temporada correcta en el campeonato británico de Fórmula 3, Ericsson decidió explorar nuevas salidas en Japón. Allí, gracias a sus patrocinadores y su quinto puesto final en Gran Bretaña, se aseguró un volante en el equipo más competitivo del certamen; TOM’S. Siguiendo una tradición de más de una década, Ericsson sería el piloto extranjero del equipo, que contaba siempre con dos o tres japoneses y un piloto occidental en sus filas.
Desde la pretemporada quedó claro que TOM’S sería el equipo a batir y a pesar de no haber pisado nunca ninguno de los circuitos del campeonato, Ericsson se mostró competitivo desde el primer momento. Esto quedó certificado en el primer fin de semana de carreras del año, en Fuji. Allí, Marcus Ericsson batalló con Takuto Iguchi y Yuji Kunimoto, sus compañeros de equipo. Entre los tres, ocuparon todas las posiciones del podio de las dos carreras.
La segunda cita, en Okayama, fue un desastre para el sueco, que se fue del circuito con dos ceros. Mientras tanto, sus rivales acumulaban puntos. En Suzuka, el piloto del Dallara-Toyota con el dorsal número 1 le empezó a dar la vuelta a la situación con su primera victoria y un segundo puesto. Tras este resultado, voló a Gran Bretaña para competir en dos citas de la Fórmula 3 británica y mantenerse en forma; obtuvo una victoria en Rockingham y otra en Hockenheim.
La vuelta a Japón se produjo de nuevo con buenos resultados y a lo largo de las tres citas siguientes en Fuji, Suzuka y Motegi, se impuso en una de las dos carreras de cada reunión. La buena racha de Ericsson coincidió con una falta de victorias de Iguchi y una recuperación de Kunimoto, que se convirtió en el único hombre capaz de parar a su compañero de equipo -con la única excepción de Kei Cozzolino, que ganó una extraña carrera en Motegi-. Pero en Autopolis, Iguchi revivió.
El piloto japonés obtuvo su segundo doblete del año -nadie más consiguió ganar las dos carreras de un mismo fin de semana- y aprovechó la menor cantidad de puntos de Ericsson para situarse en cabeza del campeonato a falta de la última cita, en Sugo. Lo había conseguido gracias a un fin de semana perfecto; las dos pole position, las dos vueltas rápidas y las dos victorias. Ericsson afrontaría la última cita seis puntos por detrás de Iguchi y once puntos por delante de Kunimoto, aún con opciones aunque mucho más remotas.
Para prepararse de cara al mayor desafío del año, Ericsson volvió a Gran Bretaña para la cita final del campeonato británico de Fórmula 3, en Brands Hatch. Le sirvió para ponerse a tono y llegar a Sugo con la motivación y la confianza suficiente para lograrlo. Kunimoto hizo el trabajo que tenía que hacer y ganó la primera carrera, manteniéndose justo dentro de la distancia suficiente como para llegar a la última carrera del año con opciones de ganar el título.
Para ello, necesitaba que Iguchi no puntuara y que Ericsson fuera cuarto o peor, además de tener que ganar la carrera y marcar la vuelta rápida y la pole position. La primera misión falló cuando la pole fue a parar a manos de Ericsson, aunque por entonces aún era posible que el campeonato se decantara por cualquiera de los tres hombres de TOM’S. Las emociones llegaron a cotas aún más altas cuando Iguchi se vio obligado a abandonar y los dos hombres restantes de TOM’S luchaban por la victoria.
Finalmente, el triunfo en la carrera y en el campeonato fueron para un encantado Marcus Ericsson, mientras que Kunimoto tuvo que conformarse con la tercera posición, también en ambos lugares. El subcampeón sería Iguchi. En el epílogo, los dos primeros fueron a Macao con TOM’S mientras Kunimoto, hermano del ganador del año anterior, tuvo que ir con un equipo menos competitivo. Ericsson mostró su velocidad con la pole position aunque terminó en segunda posición la carrera clasificatoria y en cuarta la final. Luego debutó en la GP2 y lo demás, como suele decirse, es historia.