El colombiano fue de los pilotos más espectaculares en la Fórmula 1 de la pasada década. Sus demostraciones con las escuderías Williams BMW y McLaren Mercedes dejaron episodios para la posteridad. Todavía sostengo la creencia que la indecisión de Frank Williams en apoyarlo desde el principio de temporada, el desconcierto técnico del equipo y las trabas de la FIA para con Michelin impidieron que Montoya alcanzara el título de 2003. Pero, más allá de la Fórmula 1, el piloto bogotano ha continuado su exitosa trayectoria profesional, demostrando que a sus 39 años de edad todavía conserva suficiente combustible de alto octanaje en sus venas.
Juan Pablo Montoya ha ganado carreras en todas las categorías en las cuales ha competido, incluso este año ganó las 500 Millas de Indianápolis por segunda ocasión, la primera fue en el 2000. También triunfó en el Gran Premio de Mónaco en Fórmula 1 (año 2003) y en tres ediciones de las 24 Horas de Daytona en Resistencia. En la Nascar fue el primer latinoamericano en ganar una carrera en la Sprint Cup Series. Y todavía sigue haciendo historia pues es el actual líder de la IndyCar, categoría donde fue campeón en 1999. En la Fórmula 1 conserva el registro de velocidad más alta, 372,6 Km/h, vigente desde 2005 y su vuelta rápida al circuito de Monza tampoco ha podido ser superada.
Entrevistado por James Allen, en la jornada inaugural del Consejo Mundial del Motor en Ciudad de México, Montoya comentó sobre la Fórmula 1 de estos tiempos y sugiere que tantos sensores e información suministradas por los ingenieros están dejando en segundo plano el protagonismo de los pilotos. Según su opinión, se debería negar a los pilotos cualquier indicación acerca de la temperatura y el estado de sus neumáticos para que ellos demuestren si tienen talento para percibir los cambios.
Agregó que los tiempos por vuelta no han mejorado con respecto a los de hace 10 años porque los monoplazas carecen de suficiente agarre, pero no cree que se deba a los V6 turbo híbridos ya que la presente tecnología es capaz de entregar más potencia si se lo permiten. Añadió que las criticas hacia los propulsores se debe a la falsa creencia de que los coches rápidos deben tener motores ruidosos.
Otro punto que resaltó es el hecho de intentar que los monoplazas sean más rápidos para favorecer el espectáculo, pero tal idea puede resultar contraproducente si el coche que toma la delantera se hace inalcanzable, esa opción debe ser considerada. Para Montoya, los cambios en la dinámica de la Fórmula 1 deben establecerse sobre la base de concederle al piloto más importancia, permitiendo que los monoplazas sean rápidos y representen un desafío.
El piloto ahora participa menos porque los sensores y los ingenieros facilitan el trabajo. Los pilotos pueden ser informados acerca del rendimiento de sus neumáticos y se les ordena ir a un ritmo. Les indican sobre la distancia del líder, de los que van adelante y de los que vienen detrás, de los frenos. No hay sensación para el piloto, ni siquiera puede ir demasiado rápido. Está bien que los ingenieros tengan información, pero no debería estar disponible para los pilotos en una carrera.
Es curioso, la gente cree que los Fórmula 1 de ahora son lentos porque no hacen ningún ruido, pero son rápidos. Es una tecnología increíble, pero el problema es que muchos fanáticos todavía no la entienden. Hay un montón de cosas interesantes y que la idea inicie con un motor pequeño es buena. La cuestión es que ahora hay menos agarre y menos carga aerodinámica, pero la potencia está allí. Hay que tener cuidado con hacer los monoplazas más rápidos porque serán más difíciles de adelantar. Hay que ayudar a los pilotos, encontrar la manera de generar suficiente carga aerodinámica para que puedan correr como se debe.
Vía | jamesallenonf1