Hace una semana a estas horas la FIA comenzaba a dejar correr el arroyo de información proveniente del Consejo Mundial del Motor celebrado en México. Uno de los principales puntos de atención se encontraba en el reglamento técnico de los World Rally Cars a partir de la temporada 2017. Lo cierto es que mereció la pena la espera, al menos en la parte mecánica, ya que los nuevos WRC contarán con brida de 36 mm y aproximadamente 380 CV de potencia, la mayor de un coche de rallyes del Mundial desde la época de los Grupo B.
En 2016 se cumplirán 30 años de la abolición precisamente de dichos monstruos y parece que la FIA se ha puesto de acuerdo con los fabricantes para hacerle un particular homenaje sobre la base de los modelos actuales. Es más, si cogemos el concepto del Audi Quattro S1 y tomamos la lista de cambios que se esperan, nos damos cuenta de que la Federación está tratando de hacer unos Grupo B modernos. Alerones grandes, aerodinámica más trabajada, coches más anchos, pasos de rueda, faldones laterales… Ahora mirad la foto del modelo de los cuatro aros que encabeza el artículo y decidme qué elemento de los que he enumerado no aparece.
¿Las diferencias? De primeras podemos decir que cualquier invento o coche de rallyes que venga ahora no será capaz de igualar al mito, porque los Grupo B tienen parte de eso, misticismo, como todos aquellos artistas o genios que se fueron jóvenes. Su sonido, el público enloquecido, lo rudimentario de los modelos y rallyes que ponían a prueba tanto a equipos como a pilotos. Partiendo de esa base, los nuevos World Rally Cars ya parten en desventaja, antes ni tan siquiera de pasar del papel a la realidad.
Si nos fijamos en los datos técnicos básicos, estamos hablando de 380 CV de potencia para 1205 kilógramos en el caso de los WRC’17 y de 550-600 CV para 1090 kg en el de los Gr.B. En teoría, sólo mirando los números, los 2,0 kg/CV son aplastantes, sin embargo, los actuales WRC (los de motor 1.6 Turbo, brida 33 mm y 320 CV) ya eran más rápidos que los coches de hace tres décadas con casi la mitad de potencia.
Y es que el desarrollo de neumáticos, frenos, transmisión y sobre todo suspensiones, hacen que los World Rally Cars sean los coches más tecnológicamente avanzados y rápidos de la historia de la disciplina. Algo que especialmente se hace notar en especiales muy reviradas y estrechas, en la que los antiguos y vetustos Grupo B tenían que incluso en ocasiones que engranar la marcha atrás para maniobrar y realizar los giros más cerrados.
Pero… ¿Es ese el único punto en el que los nuevos WRC serán superiores a estos añorados modelos? Negativo. El diferencial central pilotado electrónicamente (delantero y trasero permanecerán bloqueados y seguirán siendo mecánicos, mientras que el cambio se mantendrá secuencial de 6 velocidades), sistemas como el ALS o los de salida (electrónica) hacen que el par de estos nuevos World Rally Cars se vaya a unos impresionantes 500 Nm, 100 más de lo que consiguen los actuales y en niveles similares a los de los Audi S1 Quattro, Peugeot 205 T16, Ford RS200 o Lancia S4.
La vuelta del dif. central hará que los coches sean más fáciles de ponerse a punto, dependiendo menos de los test (recortando obviamente en parte los costos a la hora de hacer set-ups). Pero también puede hacer que los coches vayan más bajo control y se pierda parte de esa espectacularidad de ver los WRC completamente a la deriva, algo que se retomó en 2011 con la desaparición precisamente de ese elemento. Queda por ver si con coches con mejor relación Peso/Potencia esto cambiará y veremos coches más espectaculares también en movimiento. Desde luego, serán sin duda los coches de rallyes más rápidos de la historia del WRC.
Ahora, por mucho que duela, compara el boceto de esa especie de Ford Fiesta RS WRC’17 ideado por la FIA con el Audi del principio…