El popular piloto japonés fue entrevistado recientemente y muchas de las preguntas se orientaron para promover una comparación entre la Fórmula 1 y la IndyCar Series. Sato participó en siete temporadas de la Fórmula 1 defendiendo a las escuderías Jordan, Bar y Super Aguri, todos en sociedad con Honda. Llegó a la IndyCar en 2010 y allí se mantiene activo, también con Honda. Según su opinión, en la Fórmula 1 el rendimiento de un piloto está vinculado con el coche, de allí que si se pretende tener éxito se debe estar en el equipo y en el momento correcto.
Manifestó que la tecnología involucrada en ambas categorías es muy diferente, aunque visualmente los monoplazas tengan muchas semejanzas. También explicó que en la IndyCar hay equipos de jerarquía y tradición como Penske y Ganassi, los cuales serían como Ferrari y McLaren en la Fórmula 1, que disponen de los mejores recursos e instalaciones. Pero en la IndyCar es posible que un equipo pequeño gane carreras, al contrario de la Fórmula 1 donde Mercedes domina con amplitud, reeditando la época de Ferrari y Michael Schumacher.
Señaló que a su llegada a los Estados Unidos le advirtieron que los monoplazas eran más pesados, lentos, tenían menos agarre y su aerodinámica no era tan eficiente como un Fórmula 1. No obstante, como piloto se sintió emocionado de poder competir en igualdad de condiciones con sus rivales porque podía luchar por las victorias, desafiando a los mejores equipos de la categoría. Indicó que la acción en la pista no se compara con la Fórmula 1 y eso se observa no solo en la variedad de ganadores del presente campeonato sino en los pilotos que han tenido la posibilidad de liderar alguna carrera.
Otro punto a favor de la IndyCar es la variedad de circuitos: urbanos, convencionales, óvalos pequeños y súper óvalos; en todos la competencia suele ser feroz porque los motores y los kits aerodinámicos no otorgan ventajas a los equipos más privilegiados. De allí que al ser el piloto el elemento que hace la diferencia, cada circuito represente un desafío para que cada quien demuestre su talento.
En la IndyCar no son tan sofisticados como en la Fórmula 1, los coches pueden parecer un tanto antiguos, pero se trabaja con la misma intensidad y nivel. Acá también todo es cuestión de detalles, de ajustar milímetros. La competencia es tan intensa que una décima de segundo en la clasificación representa varios lugares atrás en la parrilla y a los fanáticos les gusta mucho esa paridad. En la IndyCar los pequeños equipos sí pueden luchar contra los grandes. Se puede observar a Penske y a Ganassi, que corren con cuatro coches cada uno, rodar con diferentes configuraciones y aún así ser vencidos por un equipo pequeño con un solo piloto. En la IndyCar hay muchas libertades, incluso para los fanáticos, quienes pueden llegar al paddock a conocer a los pilotos. En la Fórmula 1 tal situación se limita a celebridades, actores y gente importante.
Vía | motorsport
