Fue una carrera de las que dan oportunidades a los equipos de media tabla, pero esta vez no le toco a Carlos Sainz: «una carrera que duele», como él mismo la definió. El madrileño de la Scuderia Toro Rosso sumó un nuevo abandono por avería mecánica el día que su compañero Max Verstappen lograba el mejor resultado del equipo desde la magnífica temporada de Sebastian Vettel en 2008, al terminar cuarto.
Y no se puede decir que al inicio de la carrera un desenlace así fuera previsible. Sainz logró en una gran salida meterse de lleno en la lucha por los puntos. Sin embargo, la segunda mitad de carrera fue para olvidar. Primero quedó encajonado tras Felipe Massa y delante de Max Verstappen. Al no poder adelantar al brasileño y con su compañero pidiendo insistentemente por radio que le dejaran pasar por tener más ritmo, el equipo llamó a Verstappen a boxes antes que a Sainz.
El undercut dejó al neerlandés en puntos y una mala parada hizo perder posiciones a Sainz, ante lo cual comentó tras la carrera que pediría explicaciones a su equipo. El Safety Car que provocó Nico Hülkenberg debía darle una nueva oportunidad, pero al haber sido doblado por Sebastian Vettel poco antes, debió esperar a que le dejaran desdoblarse y ni siquiera pudo montar neumáticos blandos, lo cual le dejó vendido en un bonito duelo frente a Fernando Alonso por la sexta posición. Justo después llegó el triste final de carrera para el español: tercer abandono consecutivo.
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