Después de la carrera en Hungría, el equipo Red Bull y en especial Daniil Kvyat tenían algo que celebrar. El joven piloto ruso conseguía en Budapest su primer podio en la Fórmula 1, justo en el momento en el que más lo necesitaba, cuando la presión del rodillo que es el programa de jóvenes pilotos de Red Bull comenzaba a actuar tras el decepcionante comienzo de temporada del equipo austriaco. A pesar de la felicidad, Kvyat todavía trataba de recuperarse de las muchas emociones de la última semana.
Tanto Daniil, como Sebastian Vettel se acordaban de Jules Bianchi nada más cruzar la meta. Ninguno de los dos estaba obligado a ello, pero lo hicieron en lugar de celebrar sus triunfos personales. En el caso del ruso, el podio llegó a pesar de haber estado muy afectador emocionalmente durante la carrera tras el sentido homenaje realizado por los pilotos y responsables de las distintas escuderías antes del comienzo del Gran Premio. Según Christian Horner, al joven de 21 años le costó varias vueltas volverse a centrar en la competición. Incluso Kvyat llegó a tener un toque con Nico Hülkenberg antes de volver a retomar el mando de su carrera y lograr una tercera posición con la que a buen seguro Bianchi está sonriendo allá donde esté.
El homenaje a Jules causó enormes problemas emocionales a los pilotos y a Daniil en particular le afectó de forma clara. Pienso que él tardó algunas vueltas, ya en carrera, para calmarse después de aquel momento. Es un piloto muy joven y sintió verdaderamente el homenaje que se realizó a Jules Bianchi.
