Hoy hace 30 años, los aficionados de todo el mundo pudieron vivir en directo cómo era pilotar un Fórmula 1 a través de una cámara a bordo de uno de los monoplazas que tomaban parte en el Gran Premio de Alemania. Un evento que cambió para siempre a la Fórmula 1, que poco a poco fue modernizando las retransmisiones hasta llegar a nuestros días, en los que cada coche tiene un mínimo de tres cámaras.
El encargado de pasar a la historia como el primer piloto en ser visto en directo mientras se peleaba con su máquina fue François Hesnault, un piloto francés que había debutado en 1984 y que de hecho disputaba el que acabaría siendo su último gran premio de Fórmula 1. Hesnault pilotó un tercer Renault RE60, puesto que la marca francesa aceptó usar uno de los coches de reserva en pos de la tecnología.
Evidentemente, tener un tercer coche en pista -fue la última vez que sucedió en una carrera- era una ventaja para el equipo, que de esta forma podría recopilar más datos. Pero también había limitaciones en esta ya inusual inscripción. Desde la FIA se había decidido que el tercer coche no podría sumar puntos, algo que se ha dado en contadas ocasiones en la Fórmula 1, todas ellas en los años 80. Además, el peso de la cámara y el transmisor suponía un handicap importante.
Por lo tanto, la función de Hesnault era relativamente simple, más allá de querer mostrar sus habilidades como piloto. Renault esperaba que pudiera pilotar y dar el máximo de información y mientras tanto, las imágenes que la relativamente rudimentaria cámara que montaba podrían mostrarse en directo, así como el sonido gracias a un micrófono que también tenía un tamaño preocupante.
La tecnología se había probado ya en el pasado. Renault había utilizado en 1984 un sistema parecido durante pruebas de neumáticos con Michelin en el circuito de Charade en Clermont-Ferrand. Más tarde, esa misma temporada, Nelson Piquet había montado una cámara para FOCA TV en Monza. Además, se habían utilizado cámaras para grabar aunque sin emitir desde los años 50. Pero el caso de Hesnault era el primero que se retransmitiría en directo a las casas de todo el mundo.
Como anécdota, desde el cockpit Hesnault podía quitar tiras parecidas a las de las viseras de los cascos para que lente de la cámara se mantuviera limpia, puesto que evidentemente esta se iba ensuciando con el paso de las vueltas. Desafortunadamente, no tuvo que prestar demasiada atención a la cámara ya que la carrera del francés duró apenas ocho vueltas por culpa de problemas con el embrague de su Renault. La carrera del «coche cámara» había durado poco pero había hecho historia.
Hesnault no volvió a disputar un gran premio de Fórmula 1, ningún otro equipo volvió a usar tres coches en una carrera de la categoría reina y Renault dejó la competición al terminar la temporada. Había sido una carrera de despedida a muchos niveles. Pero como suele decirse, no hay mal que por bien no venga y afortunadamente, las cámaras a bordo nos han dado imágenes espectaculares en los últimos 30 años… ¡y que sigan mejorando!