Se acabó el parón estival de la Fórmula 1 y qué mejor que volver de las vacaciones que hacerlo con el magnífico circuito de Spa-Francorchamps. El trazado belga recibirá en sus 7.004 metros de longitud a los 20 pilotos, con la principal novedad de que estos no tendrán ningún tipo de ayuda en las salidas. Es más que probable que veamos a alguno de los monoplazas cruzarse en los primeros metros, dejando tras de sí marcas de goma.
Desde luego es un elemento a tener en cuenta, ya que en gran parte las salidas han sido el punto débil de Mercedes AMG esta temporada, costándole en gran parte la victoria en el pasado Gran Premio de Hungría. Ferrari por su parte, contaba con un sistema muy eficaz, pero habrá que ver cómo le afecta este cambio en la normativa a los SF15-T. Los italianos llegan a Bélgica en el que será el 900 Gran Premio de su historia en la Fórmula 1, por lo que a buen seguro querrán realizar una buena actuación en uno de los escenarios más especiales de la temporada y así llegar con la moral bien alta a la cita de casa, en Monza.
A estas alturas, todo el mundo conoce el Circuito de Spa-Francorchamps, en especial el primer sector con la curva lenta de Le Source y la llegada a Eau Rouge y el Raidillon. A partir de ahí, la larga recta hasta la frenada de la curva de Les Combes, posiblemente el punto más claro de adelantamiento. Precisamente esa recta, junto a la de meta, serán las dos zonas de DRS del Gran Premio de Bélgica. En la siguiente zona del circuito es clave la tracción y el agarre mecánico. De nuevo el monoplaza deberá contar con una buena aerodinámica para afrontar el doble vértice de izquierdas de Pouhon y el rápido sector final, con la impresionante Blanchimont y la remodelada parada del autobús.
En cuanto a la meteorología, se espera que el viernes la lluvia haga acto de aparición, con temperaturas por encima de los 20 grados. La sorpresa llegará el domingo, donde las tormentas eléctricas parece que pueden complicar la carrera. No es la primera vez que vemos un domingo loco en Spa, más aún cuando la lluvia aparece en las últimas vueltas como en la edición de 2008.
Además de tratarse de uno de los trazados en los que el motor es más exigido (los frenos pueden respirar entre los puntos de frenadas más acusados) es uno en los que más combustible se utiliza. Pirelli llevará el compuesto blando y medio, con una pista en la que la exigencia es alta y en la que los neumáticos blandos pueden ser vitales debido a las bajas temperaturas a las que suele encontrarse el asfalto belga. Aunque, tal vez, los equipos deban echar mano de los intermedios y las ruedas de lluvia extrema.
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