El automovilismo vuelve a vestir de luto. El piloto inglés de 37 años sucumbió ante las lesiones provocadas por un fragmento de fibra de carbono que impactó contra su casco mientras corría en el óvalo de Pocono. La mala suerte y un destino caprichoso se juntaron para acabar con la vida de quien fue reconocido como todo un profesional, una persona ejemplar tanto dentro como fuera de los circuitos. Paz a sus restos.
En la trayectoria como piloto de Justin Wilson destacan su participación en la Fórmula 1. en el campeonato 2003, con las escuderías Minardi y Jaguar, alcanzando su único punto en el Gran Premio de Estados Unidos escenificado en Indianápolis. También se recuerdan sus dos podios (2006 y 2012) en las 24 Horas de Daytona. Su participación en la categoría americana de monoplazas inició en el año 2004, cuando era Champ Car, hasta el pasado domingo, así que acumuló 12 temporadas en las cuales logró siete victorias.
El comunicado oficial de la familia Wilson expresa:
Justin era un padre cariñoso y un devoto esposo, así como un piloto de carreras altamente competitivo que fue respetado por sus adversarios. La familia quiere dar las gracias al personal de Lehigh Valley Hospital, al personal del circuito Pocono Raceway, al equipo Andretti Autosport y a la IndyCar Series, así como a todas las personas que nos apoyaron en todo el mundo.
La familia agregó que Justin Wilson era un donante de órganos así que cumplirán su voluntad.
Vía | indycar