En Finlandia fue más que visible. En curvas cerradas de poca velocidad y con tracción delicada, los nuevos Ford Fiesta RS WRC eran los que más sufrían de sobreviraje. Si históricamente el modelo del ovalo solía ser el que mejor chasis tenía, dicho por todos los pilotos que han probado varios modelos de esta generación de World Rally Cars, la nueva evolución del Fiesta no parece tan efectiva como la anterior. Algo que está llevando a los equipos privados a hacer más test para tratar de encontrar unos reglajes a su gusto.
Es el caso de Robert Kubica, el cual anunciaba la pasada semana que no estará presente en el Rally de Australia (en gran parte por temas de presupuesto), descanso que aprovechará para realizar varias jornadas de test de cara a encontrar un set-up valido de cara a Córcega y Catalunya. El polaco sabe que puede conseguir un buen resultado sobre asfalto, sin embargo, los problemas con los reglajes y el obligado cambio de motor previo al comienzo del Rallye de Alemania impidieron que pudiese explotar todo su potencial.
Precisamente los resultados que consiga Kubica en estos dos rallyes pueden ser determinantes a la hora de decidir su futuro en el Campeonato del Mundo. Con varias ofertas para regresar a los circuitos, y el deseo de Robert de volver a intentarlo en la Fórmula 1, tal vez una temporada sin ningún aliciente en forma de Top 5 en su segundo “año completo” pueda ser la señal que necesite un piloto que sin duda se echa mucho de menos allá por donde pasa.