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Se acabó el victimismo, es hora de trabajar todos juntos por los rallyes

Ha pasado más de una semana, y a pesar de las pocas ganas que he tenido durante estos días de escribir acerca del tema, visto lo visto el pasado fin de semana creo que es el momento de hacerlo. Menos de siete días ha durado el luto y la conciencia por mejorar la seguridad. El viernes y el sábado volvía a haber gente mal colocada, poniendo en riesgo sus vidas y las de otros y esta vez ya no estamos hablando de una prueba regional. Debemos dejar el papel de víctimas de los medios a un lado.

Con esto no estoy responsabilizando a la organización de la cita asturiana, que tal y como publicaban algunos medios ha cumplido con un montante que ascendía hasta unos nada despreciables 160.000€, cifra (para muchos no del todo cierta) que cuando hablamos de seguridad nunca parecen demasiado alta. ¿Y qué ocurre si no tenemos a un único ente al que responsabilizar de la tragedia que vivimos el pasado sábado 5 de septiembre? Pues que tenemos que trabajar todos y cada uno para solucionar este problema, cada uno en su campo, porque si no de nada servirán los 7 fallecidos del pasado sábado.

Gente sentada en las cunetas, a nivel del asfalto, en la salida de las curvas entre la maleza, sin ninguna capacidad de reacción. Tenemos que entender que hacer este tipo de cosas es como jugar a la ruleta rusa, como si fuéramos a una plaza de toros y nos pusiéramos de rodillas y con los ojos cerrados mientras se escuchan los clarines y timbales que anuncian la llegada del animal o incluso como si fuésemos a un estadio olímpico y nos tumbáramos en el césped mientras se produce un concurso de lanzamiento de jabalina.

El automovilismo es peligroso. Nadie ha ocultado eso e incluso en la acreditación que muchos llevamos al cuello lo pone claramente y en letras grandes “Motorsport is dangerous”. Pero si no somos responsables, nos colocamos mal, desatendemos las directrices de seguridad… entonces somos nosotros los negligentes, los que lo hacemos aún más peligroso y convertimos lo que debe ser pasión y diversión en algo en el que la ‘diosa fortuna’ juega un papel demasiado importante.

Ha tenido que venir la FIA y convocar una reunión de urgencia para decirnos algo que todos sabemos, que tenemos que trabajar juntos y perdonad la redundancia. Que desde medios y sobre todo desde organizadores y federaciones hay que concienciar al público de cómo se tienen que hacer las cosas, de dónde hay que situarse y dónde no. Lejos de la posibilidad de unificar una normativa de seguridad para todos los rallyes, algo que en España creo que deberíamos tener sin diferenciar entre Nacional y Regional (ya que al fin y al cabo un rally es un rally y el peligro intrínseco sigue estando ahí sin importar de la relevancia de la prueba), la Federación Internacional no ha dicho nada, absolutamente nada que no conociésemos ayer, la semana pasada o hace cinco años.

Lo critiqué el sábado y lo vuelvo a hacer hoy, si los medios (en especial informativos) están tan preocupados por la seguridad de los rallyes, ¿no sería mejor utilizar un reportaje sobre dicho tema, realizado por expertos y gente instruida en ello, que repetir hasta un centenar de veces las imágenes de un vídeo en el que atropellan a una veintena de personas? La FIA promete hacer nuevas campañas con vídeos e información detallada, pero en la era de internet en la que vivimos, en la que cualquier tema está a nuestro alcance, no podemos decir que no tenemos a mano cientos de dichos artículos, monografías y demás, ¿qué más necesitamos? No nos olvidemos que es nuestra seguridad y quién mejor que nosotros para velar por ella. Sin duda el sentido común es el mejor consejero, sin embargo, si hay gente que se empeña en desoírlo, el resto tenemos la obligación de hacérselo entender, por las buenas o en el último caso, por las malas.

Siempre lo he dicho y después de estar este pasado verano en la octava cita del WRC lo tengo más claro; en Finlandia o Francia los aficionados abuchean e incluso lanzan piedras (no a dar sino que para intimidar) a aquellos que se colocan mal y hacen caso omiso de las indicaciones. En España sin embargo, los abucheados son los Comisarios e incluso los Guardia Civiles que nos indican dónde colocarnos o dónde corremos serio peligro. En estos casos es prácticamente imposible poner un miembro de los cuerpos de seguridad por cada aficionado, por lo que debemos imponer el sentido común y la presión social sobre aquellos que incumplen las normas. ¿El objetivo? Disfrutar de nuestra pasión reduciendo los riesgos al mínimo posible, porque recordemos que aquí el cero absoluto no existe.

Obviamente, los aficionados no somos los únicos responsables de hacer cumplir las reglas a otros. Los equipos, escuderías, organizadores o federación tienen que tomar conciencia de que en seguridad no se puede racanear y que si no se cumplen con las medidas mínimas (y con mínimas no quiero decir que sean pequeñas) la competición no puede seguir adelante. Es mejor neutralizar un tramo antes que lamentar posibles desgracias. Algo que pudimos ver el pasado fin de semana en el Princesa de Asturias, donde se decidía anular la segunda pasada por Riosas por un nuevo caso de espectadores mal colocados y vías de acceso completamente saturadas que complicarían la evacuación.

En este caso no tembló el pulso y se impuso la cordura, algo que debe extenderse al resto de rallyes y pruebas sean del Campeonato que sean. Pero… ¿seguiremos pensando igual dentro de dos meses, cuando los rallyes hayan dejado de aparecer de nuevo en informativos y prensa nacional?

Es aquí donde la Federación, organizador, escudería o en última instancia el CSD debe poner unos requisitos mínimos de seguridad, e incluso, tal vez pensar en permitir a los comisarios en sancionar a espectadores que hagan caso omiso o incluso si se precisa la intervención de la Guardia Civil, estos puedan procedes a prohibir la entrada a espectáculos deportivos del susodicho. Si la prueba no llega a dichas exigencias, entonces con todo el dolor del corazón debería ser desterrada y en esto tal vez la FIA sí tenga el peso necesario visto lo visto con el cruce de acusaciones que se han producido durante estos últimos días. Me pareció muy injusto con los familiares de las victimas el hecho de ver a unos y otros tirándose la pelota sobre de quién era la responsabilidad.

Por últimos, las otras grandes víctimas y los que deberían ser los grandes protagonistas, los pilotos. El otro día, en una conversación en privado con gente de los rallyes, uno de ellos sugirió la posibilidad de que un piloto se plantara al ver al público mal colocado con un “hasta que no os situéis correctamente yo no corro”. En aquel momento yo dije que no me parecía que esa fuera la labor de los pilotos, sin embargo, fríamente, me parece que el día que uno de ellos (sea cual sea su status o el presupuesto de su equipo) se plante, entonces es cuando tenemos los medios que dar difusión. Como lo fueron en los graves casos de racismo que afectaron a futbolistas como Dani Alves o el italiano Balotelli.

Lejos del habitual ninguneo al que someten los medios generalistas al automovilismo (del que prácticamente sólo se acuerdan cuando hay accidentes y no para las celebraciones) y del despreciable trato de asesino que se le llegó a dar en algunos momentos al piloto, es hora de que dejemos el victimismo, tanto aficionados como medios especializados y hacernos oír, pero no sólo por medio de campañas de defensa en redes sociales o eslóganes, en ocasiones vacíos o sin mayor trascendencia, sino con artículos de seguridad y concienciación que ayuden de una vez por todas a no volver a dar motivos para que hablen mal de nosotros a unos cuantos plumillas que alimentan sus tinteros a base de morbo.

En la Republica Checa (donde no son ajenos a este problema) los organizadores ‘bombardean’ a los espectadores por medio de información sobre la seguridad a través de los medios, tanto escritos como televisivos. Para ellos, al igual que para los finlandeses, los rallyes son casi cuestión de estado. La mejor forma de defendernos no es atacando, debemos trabajar todos juntos en informar, persuadir y hacer que el resto tomen conciencia de que los rallyes son algo muy valioso por lo que debemos luchar, pero aún lo son más nuestras vidas y las del resto.

Vuelvo a animar a compañeros de los medios responsables y que se preocupan realmente por la seguridad y salud de los rallyes, a escuderías/organizadores/federaciones y a los aficionados veteranos y bien informados a colaborar juntos por este deporte que tanto amamos y sobre todo por nosotros. Es el momento ahora que todos tenemos la tragedia muy presente y de que los fallecidos no queden únicamente para nuestro recuerdo.

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Iván Fernández

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