Sin ninguna duda, al comidilla de ayer fue el pobre rendimiento de los dos Mercedes en relación con sus competidores, y más aun viendo que tanto los dos Ferrari y los dos Red Bull les robaron la cartera y parte de sus ahorros: una diferencia de más de un segundo con respecto a la pole position de Sebastian Vettel es muy indicativo de los problemas reales que han tenido en el seno de Mercedes para afrontar esta pista. La razón principal que aducen ellos es que los neumáticos no se comportaron como debieran. ¿Y eso qué significa? ¿Vamos a echar las culpas a Pirelli o es el momento de preguntarnos qué quieren decir exactamente con eso de ‘los neumáticos’?
Si recordamos los inicios de esta era Pirelli, se hablaba de lo difícil que era dar con la ventana de temperaturas óptimas de trabajo de este tipo de compuestos. Estaban diseñados para tener un rango óptimo muy estrecho, de forma que los pilotos tuvieron que aprender a situar las temperaturas en el punto ideal y mantenerlas durante el máximo tiempo posible para no destruir el neumático. Los pilotos más finos sacaron petróleo al principio, como recordaremos que hizo Checo Pérez con alguna estrategia a una sola parada sin pérdida de rendimiento perceptible. Parecía que era algo ‘mágico’, o al menos muy superdotado, y así era.
Los neumáticos son decisores en las carreras desde que entró Pirelli, aunque este año la cosa esté más relajada (en parte por el exceso de prestaciones de Mercedes con respecto a los demás), pero en ocasiones como este Gran Premio de Singapur vuelven a estar de actualidad. Si recordamos, en estos años hemos asistido a desplomes de rendimiento, fallos graves como la desintegración de las gomas, pelotillas de goma (suciedad) a niveles atroces, y carreras de quitarse el sombrero por parte de pilotos que supieron sacar oro líquido de las prestaciones de sus neumáticos.
Hoy, le toca a Mercedes sufrir y pagar el pato de no haber sido capaces de dar con la puesta a punto perfecta para optimizar rendimiento del coche, características de los neumáticos y «condiciones» impuestas por la pista. ¿Parece mentira?
Leyendo a Ben Anderson, en Autosport, no parece que haya ayor misterio que el hecho de que, con todo el poderío de Mercedes, no hayan sido capaces de dar con la puesta a punto perfecta y, en realidad, hayan estado poniendo los neumáticos en la zona «por debajo» de las máximas prestaciones. Es decir, ni han sobreconducido los neumáticos, ni los han calentado en exceso.
Eso le pasó a Jenson Button cuando sobrecalentó la zona delantera por culpa de un exceso de temperatura en los frenos y sufrió subviraje en la segunda tanda de la Q2, y Romain Grosjean también lo sufrió enl a Q3 cuando tuvo un derrapaje excesivo que no pudo recuperar. ¿Por qué? Porque en Marina Bay el neumático nunca deja de trabajar, y no dispone de 800, 900 o 1000 metros de descanso en el que pueda «perder la memoria» del estrés previo.
De todas formas no parece haber aun una explicación, al menos no una que podamos leer nosotros, y el propio Lewis Hamilton retaba ayer a todo el mundo a encontrarla:
De hecho os reto a todos vosotros [los periodistas] a ir y encontrar las razones que puedan existir. Estoy retando a mi equipo a encontrar que es eso que nos ha hecho perder tiempo, ya sea en las presiones, la temperatura de las mantas, la altura de rodaje. Estoy retando a todo el mundo a encontrarlo.
Volviendo a Autosport, es muy interesante lo que dice Rob Smedley sobre los factores que influyen en no disponer de neumáticos en el rango óptimo de temperaturas.
Se basa en muchos factores: la preparación antes de que los neumáticos salgan del garaje, cuanta energía pone tu coche en la rueda a medida que recorre la vuelta, la energía del deslizamiento, las velocidades de deslizamiento a lo largo de la vuelta, y por tanto el rango de temperaturas que «ve» el neumático, no es solo la temperatura media simplemente. De esta forma, sea porque te quedas en un rango de temperaturas pequeño o porque estás deslizando demasiado, tiendes a estar a uno u otro lado del pico óptimo.
Y para terminar, ya que parece haber visos de que las conspiraciones afloren (derivadas de lo que pasó en Monza con las presiones), Toto Wolff ha sido muy claro y tajante (además de reírse de estas ‘paranoias’, como las llama) y aclara las cosas:
No es ninguna conspiración, es paranoia. No hicimos nada sospechoso, y fue aprobado por la FIA. Estábamos bien dentro de los límites, hemos seguido los procedimientos, así que creo que podemos pasar página por Monza.
Estábamos bien dentro de los límites aquí hoy, entendemos las razones de Pirelli y la seguridad es muy importante para nosotros. Los límites de los Pirelli no fueron un factor determinante para nuestro rendimiento.
Hoy veremos qué pasa cuando todo el mundo esté en la parrilla, y veremos cómo evolucionan las gomas o si habrán encontrado alguna razón que les de la clave para trabajar mejor en carrera. Y ya que los coches están en el parque cerrado, tendrá que ser algo sobre temperaturas iniciales, conducción o similar. Se presenta interesante la carrera.