Para ser ecuánimes, debemos reflejar las declaraciones de Carlos Sainz sobre el incidente de Singapur de la misma manera que reflejamos las de Max Verstappen esta mañana. Y no porque queramos seguir haciendo leña del árbol caído, sino porque al leer lo que ha dicho Sainz hoy, uno piensa que más allá de la queja existe un movimiento interesante que juega a favor de Sainz: la inteligencia y ese talento especial que hereda de su padre para jugar sus bazas a largo plazo. Eso sí, no le ha temblado la voz para decir que a Verstappen lo que le mola es ser el chico malo de la parrilla.
Veamos las declaraciones de Sainz según las recoge Autosport. Atentos porque creo que tienen mucha chicha, y si os parece la marcaré en negritas:
Mi enfoque no va a cambiar. Sé muy bien de qué va Max. Le gusta jugar un poco a ser el ‘chico malo’ y antes lo intuía, pero ahora lo ha demostrado. De cara al equipo mi enfoque no va a cambiar. si ellos me piden algo, confiaré. Soy un hombre de equipo.
Creo que me he comportado bien, cuando tenga que ser egoísta lo seré, pero hasta ahora no he tenido la oportunidad o no se ha dado la situación para mostrar egoísmo porque confío en ellos [su equipo] y cada vez que me han llamado para ‘swaps’, lo he hecho.
En Malasia, en el último stint cuando Max me pasó, no fue un adelantamiento. Le dejé pasar y todo el mundo en las noticias estaba en plan ‘oh, qué gran movimiento’, y yo pensaba ‘por favor, lo dejé pasar’.
Luego, en Mónaco, cuando estaba tras Seb y me aparté en la Rascasse y él pasó, fue porque él llevaba súper blandas [se refiere a cuando Vettel dobló a Sainz y Verstappen aprovechó para pasar, pegadito al del Ferrari].
Por lo que yo sé, él no me dejó pasar por porque no sabía que iba a dejarlo pasar al final de la carrera. He llegado a un entendimiento [de cómo Verstappen razonó] y tal vez si no estás completamente seguro de que te devuelva la posición, no lo hagas. Per estas discusiones las tuvimos ya en Mónaco, él debería saberlo. Yo diría que lo habría hecho porque sabía que las conclusiones a las que había llegado a después de Mónaco. Si hubiera sido al revés, lo había hecho [habría dejado pasar a MAx] por las conclusiones de Mónaco.
Todo está bien, todo discutido y aclarado. No tuve ningún problema con nadie, creo que fue más el equipo y Max los que tuvieron que aclarar las cosas entre ellos.
Y así, señores, es como se envían mensajes a diestro y siniestro. Sí, Verstappen es un grandísimo piloto de talento enorme; sí, hace movimientos y adelantamientos que son crema; sí, tiene 17 años y será campeón del mundo, al menos eso parece, ¿no? Pero Carlos Sainz es un jugador de equipo. Y la historia de la F1 ya se encarga de recordarnos que otros chicos malos empezaron muy bien (sí, también en Toro Rosso) y salieron por la puerta de atrás (en el caso de Toro Rosso, por la poca amistad al trabajo en pro del equipo, pero bueno, no vamos a ahondar en ese tema).
Supongo que con estas declaraciones, ya queda todo claro. Y además Carlos aprovechó para mencionar dos ocasiones claras donde las órdenes de dejar pasar al compañero las acató. ¿Que a ojos de la opinión pública Max Verstappen es el agresivo y el ‘bad boy’ y Sainz el hombre de equipo y el sumiso? No creo que eso importe lo más mínimo al español, ni a su equipo.
