Tras quince carreras de dura pugna y una victoria incontestable en la carrera anterior en Nürburgring, Jacques Villeneuve llegaba con su Williams al Gran Premio de Japón de 1997 con su primera oportunidad de la temporada de proclamarse campeón del mundo de Fórmula 1. Suzuka sería el escenario de la penúltima carrera del año, que el canadiense afrontaba con nueve puntos de ventaja sobre Michael Schumacher, su principal rival. Lo que no sabía es que el trabajo en equipo de Ferrari iba a darle al equipo italiano un resultado que le daría la vuelta al campeonato.
Aunque Jacques Villeneuve obtuvo la pole position justo por delante de Michael Schumacher y Eddie Irvine, antes de la carrera se anunció que el canadiense quedaba excluido por haber ignorado dos banderas amarillas durante los entrenamientos libres. Tras haber sucedido lo mismo en Monza y con una sanción suspendida, debía quedar fuera del gran premio. El equipo apeló y Villeneuve corrió puesto que según la normativa de la época, el hecho de apelar retrasaba la decisión final. Un sinsentido, ya que si no se les daba la razón o si el equipo retiraba la apelación -lo que acabó sucediendo-, resultaría que Villeneuve habría competido fuera del reglamento.
¿Qué habría pasado si Williams, que ya planeaba retirar la apelación tras la carrera, permitía que Villeneuve fuera suficientemente agresivo con Schumacher como para que ambos terminaran fuera de carrera? Aunque no fue el caso, el canadiense sí jugó con su situación, lo que trajo suficiente polémica como para que se cambiaran los procesos legales. Pero volviendo al plano deportivo, en la salida fue el hombre del equipo británico, quien mantuvo la primera posición. Sabiendo que con casi total seguridad, iba a quedarse sin los puntos que sumara en Japón, decidió ralentizar al grupo.
Por detrás, Eddie Irvine realizó un espectacular doble adelantamiento sobre Mika Häkkinen y Michael Schumacher en la última chicane en la segunda vuelta. Por el exterior, como solo quienes han competido en las fórmulas nacionales niponas saben. En la vuelta siguiente, el norirlandés adelantó de forma parecida al líder de carrera y empezó a escaparse mientras Villeneuve seguía ralentizando al grupo con el objetivo de ayudar a que otros pilotos pudieran adelantarle.
Tras la primera serie de paradas a boxes, Eddie Irvine quedó en cabeza de carrera por delante de Michael Schumacher y Jacques Villeneuve, que de este modo no podía ya ralentizar al alemán. A pesar de la ventaja que tenía, Irvine empezó a reducir el ritmo y se dejó adelantar por Schumacher aunque no por Villeneuve. El segundo piloto de Ferrari es un gran conocedor de Suzuka y sabía dónde bloquear de la forma más efectiva. Villeneuve intentó entonces realizar lo que hoy conocemos como «undercut», parar antes a boxes para ganar tiempo.
Pero desafortunadamente para él, la manguera de carburante no entró bien en su parada y el canadiense perdió una importante cantidad de tiempo, volviendo a pista en séptima posición. Llegó a remontar hasta la quinta, mientras que por delante, la segunda serie de paradas a boxes ayudaron a un Heinz-Harald Frentzen que se encontró tan solo por detrás del líder de carrera. Como compañero de equipo de Villeneuve, Frentzen sabía que si conseguía adelantar a su compatriota, estaría ayudando en gran medida a su jefe de filas.
Schumacher tuvo problemas para doblar a su ex-rival, Damon Hill, que no se lo puso nada fácil. Esto hizo que Frentzen consiguiera acercarse a pocas vueltas del final. Pero aún así, se impuso la cordura y el bicampeón del mundo cruzó la línea de meta en primera posición por delante de Frentzen e Irvine. Mika Häkkinen era cuarto y Jacques Villeneuve, quinto, por delante del Benetton de Jean Alesi. Mientras tanto, los aficionados japoneses veían con tristeza como sus dos pilotos abandonaban tras ocho y veintidós vueltas respectivamente.
Ukyo Katayama tuvo que abandonar con un motor roto en la que fue su última participación en Japón como piloto de Fórmula 1 mientras que Shinji Nakano duró algo más antes de retirarse por un problema con una rueda. Pero el resultado no estaba fijado y la semana tras el gran premio tuvo un cambio de resultados. Williams retiró la apelación y ello hizo que Villeneuve fuera descalificado de un gran premio en el que nunca debió tomar parte. Esto hacía subir a Jean Alesi a la quinta posición y le entregaba el último punto a Johnny Herbert.
El campeonato llegaba al circuito de Jerez con un punto de diferencia favorable a Schumacher entre los dos primeros clasificados. El campeonato que sí quedó decidido en Suzuka fue el de constructores, con Williams imponiéndose por novena vez en su historia. Para Renault, era el sexto título consecutivo como proveedor de motores, igualando el récord de Honda obtenido entre 1986 y 1991 gracias a la propia Williams y a McLaren. El de pilotos se decidiría en Jerez… con otra polémica más.