La Federación Internacional y el ACO han empezado a discutir el reglamento que utilizarán los LMP1 a partir de la temporada 2018. Entre ellas se encuentra la posibilidad de incrementar la energía híbrida del techo actual de 8 MJ hasta los 10 MJ, algo que implicaría la reducción de potencia de los motores de combustión interna, pero que seguiría en la línea de apostar por la recuperación de energía como tecnología de futuro.
Con el aumento de la importancia de la parte eléctrica, se tratará de reducir aún más el consumo de combustible, algo que ya empezará a verse en 2016 con la limitación impuesta por parte de la FIA en su nueva actualización del reglamento. Por el momento, los fabricantes ya se han mostrado favorables a seguir dicho camino (en especial Porsche que ya cuenta con un sistema fiable de 8 MJ) siempre y cuando el desarrollo del KERS no implique una escalada en los costos disparatada similar a la que han sufrido en la Fórmula 1.
Además, se está trabajando prioritariamente en un nuevo monocasco con el que dar un paso adelante en materia de seguridad que junto a la limitación de la velocidad del paso por curva a través de restringir la aerodinámica, prometen ser los cambios más importantes en cuestión de carrocería para los prototipos de Le Mans a partir de la temporada 2018.
Vía | Sportscars365