Cuando decía que esta edición del Rally Acrópolis había sido posiblemente la peor de la historia, más de uno me apuntilló que posiblemente esta sea la “última” edición de la cita griega. Lo cierto es que además de los problemas con la meteorología (también los tuvo Córcega), la cita, ahora en el ERC, tras los problemas económicos que la dejaron fuera del WRC, tuvo graves problemas de seguridad que quedaron más que certificados con la salida de Charles Martin en el cuarto tramo cronometrado.
En una situación similar a la que llevó a Sébastien Ogier a encontrarse un coche de la organización en la escapatoria de una de las curvas del Rally de Chipre 2009, el piloto galo de Peugeot se saltaba una curva y se iba recto tras un cambio de rasante. Al contrario que en la situación de su compatriota en el WRC, Martin no podía esquivar el coche del aficionado (aparcado demasiado cerca de una clara zona peligrosa) y se empotraba literalmente contra la trasera del Smart, en un impacto que afortunadamente no llegó a más.
Desde luego, por las imágenes y la velocidad a la que se produce la colisión entre el Peugeot 208 T16 R5 y el pequeño modelo de la filial de Mercedes-Benz, la unidad de la firma del león puede recibir las 5 estrellas Euro NCAP en cuanto a choques frontales. Muchas menos estrellas merece un Acrópolis que deberá poner más de su parte para mantenerse en el calendario internacional.