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La historia de la semana: Un Ferrari para subidas de montaña

Desde siempre, Ferrari ha sido asociada con coches de carreras en circuito. Los monoplazas y el mundo de la resistencia han sido sus lugares elegidos para hacer historia, siempre con alguna excepción en el mundo de los rallyes en campeonatos nacionales durante los años 80. Pero a finales de los años 60, Ferrari realizó una breve pero exitosa incursión en el mundo de las subidas de montaña, desarrollando el 212 E Montagna a propósito para competir allí.

El coche usaba el chasis del Dino 206S como base, lo que le daba un aspecto relativamente parecido. En cuanto al motor, se usó como base el usado por el 1512 de 1964; un propulsor de 12 cilindros en V de 1500 centímetros cúbicos de capacidad que fue modificado por Stefano Jacoponi para aumentarlo hasta 2000 centímetros cúbicos. Tras varios test con dicho motor durante dos años empezando en 1967 usando varios chasis, a finales de 1968 se produjo la reunión entre el motor y su chasis definitivo.

La idea original era usar el coche para carreras de resistencia pero se consideró que no era lo suficientemente fiable como para hacerlo así que bajo la supervisión de Mauro Forghieri, esta unidad tan especial se preparó para el campeonato europeo de subidas de montaña, con recorridos mucho más cortos donde la fiabilidad no era un problema. El piloto elegido para poner a punto el coche y finalmente pilotarlo en los eventos oficiales fue Peter Schetty.

Tras los test iniciales, el 212 E Montagna fue optimizado para las subidas de montaña, perdiendo las luces en el proceso, además de adoptar un depósito de gasolina algo más compacto. El motor -que sentó las bases para los propulsores de los futuros Fórmula 1- se preparó para entregar entre 300 y 320 caballos de potencia y la aerodinámica fue modificada para ayudar a que el coche fuera más ágil y se adaptara mejor a los revirados recorridos de la competición en la que debía tomar parte, con una velocidad punta de unos 250km/h.

El Ferrari 212 E Montagna compitió en el campeonato europeo de subidas de montaña con Peter Schetty -futuro team manager de la Scuderia en 1971 y 1972- como único piloto. El coche debutó con éxito en competición, ganando en su primer evento. Aún así, durante la temporada el coche recibió modificaciones en la relación de cambios, la aerodinámica y reglajes de suspensiones. Gracias a ello, las victorias y los récords siguieron llegando a medida que avanzaba la temporada.

Al final, Schetty se impuso en las siete pruebas en las que tomó parte, dominando a la oposición -el rival más capacitado era un Abarth 2000 con unos 50 caballos de potencia menos-. Aunque se sugirió que Ferrari no tuvo un rival real en sus compatriotas, lo cierto es que el 212 E Montagna marcó nuevos récords absolutos en seis de los recorridos en los que compitió. Su alto rendimiento estaba fuera de cualquier discusión y el equipo ni siquiera se presentó a la última cita del año, con el título ya ganado.

Uno de los mayores hitos del espectacular 212 E Montagna fue seguramente el récord obtenido en la subida de Côte de Cesana-Sestrière. Este se mantuvo en vigor durante trece años puesto que no fue hasta 1982, cuando se batió. Tal era la velocidad de un coche que se había desarrollado pensando en las carreras de resistencia pero que se pasó a una disciplina que era nueva para la Scuderia Ferrari. A pesar del fantástico rendimiento, el equipo italiano no puso en pista al coche al año siguiente.

Aunque hubo varios pilotos interesados en comprar el coche para competir de forma privada en 1970, en Ferrari decidieron no venderlo. Pero la oferta de Edoardo Lualdi Gabardi en 1971 resultó lo suficientemente interesante y esta vez el coche sí cambió de manos. El piloto transalpino lo modificó con una nueva carrocería diseñada por Piero Lardi Ferrari y lo utilizó en el campeonato italiano de subidas de montaña, en el que venció ese mismo año.

El coche es considerado como una rareza dentro del mundo de los coches de competición de Ferrari por lo único de su motor, su éxito en las carreras y por el significado que tuvo su motor en la evolución de la marca en Fórmula 1 de cara a los años 70. Se le considera el sucesor del 1512 y el predecesor del 312PB que compitió en Le Mans y en el campeonato del mundo de sport-prototipos. El 212 E Montagna original se vendió en 2006 a una colección privada por la friolera de un millón y medio de euros.

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