El ex piloto italiano de 54 años, que participó en 107 grandes premios defendiendo a la escudería Minardi, está organizando un evento para reunir a todos los que pasaron o permanecieron en el equipo durante sus 20 años de historia. Martini concibió la idea en La Carrera de las Leyendas, el fin de semana del Gran Premio de Austria, allí estuvo tras el volante de un Minardi M185, y posteriormente comenzó a planificarla luego del Festival de Goodwood, donde realizó una exhibición con el Minardi M189. Su intención es que todos los «minardisti», incluyendo a los pilotos, junto a algunos monoplazas de la época, se congreguen en la pista de Ímola para recordar los buenos momentos vividos en el equipo de Giancarlo Minardi.
Martini fue el mejor piloto de Minardi no solo por los 18 puntos que acumuló para el equipo, en ese entonces puntuaban los seis primeros, sino que también posee la hazaña de largar desde la primera fila (Adelaide 1989) y liderar una carrera (Portugal 1989). Además de lograr los primeros puntos para la escudería italiana, tiene en su trayectoria llegar en cuarto lugar en par de ocasiones. Por cierto que Martini confesó que está restaurando su M189 y espera organizar el «Dia de Minardi» para exhibirlo ante los fanáticos.
Estoy terminando la restauración de mi M189, ahora estamos con la electrónica del motor, para después intentar organizar, junto a Giancarlo Minardi, el Día Minardi, una reunión con todos los amigos de la escudería, los pilotos y los minardisti. Será un hermoso día en la pista de Ímola con todo el equipo Minardi F1.
La escudería Minardi permaneció activa desde 1985 hasta el 2005, cuando fue vendida a Dietrich Mateschitz, quien le cambió el nombre a Toro Rosso. No obstante, según declaración de Martini, hay multitud de fanáticos en las redes sociales que están pendiente de cualquier evento donde se presenten monoplazas Minardi ya que se sienten identificados con la escudería y su historia. En tal sentido, el mismo piloto cree que el romanticismo de la época y lo heroico que resultaba conseguir puntos con pocos recursos, ante equipos muy poderosos, originó esa empatía con un público que todavía siente nostalgia por esos momentos.
Cuando observas el M189 de inmediato vienen a mi mente muchas cosas hermosas, como si el tiempo se detuviera. No eran tiempos felices, era muy duro para todos nosotros. Fue una locura, un coche pequeño, tres pedales y transmisión manual. Si un piloto no estaba preparado físicamente para el desafío, el coche no iba a llevarlo hasta la meta. Era el piloto sobre la máquina y no al revés.
Vía | omnicorse
