Lo estuvimos viendo peleando por posiciones cercanas al Top 5. Más de uno se había olvidado de que McLaren seguía estando en parrilla y tanto Jenson Button como Fernando Alonso dieron mucha guerra en mitad de parrilla a pesar de que el MP4-30 se seguía dejando muchos segundos en las rectas del Gran Premio de Estados Unidos. Aun así, los de Woking pueden sacar de positivo el haber rascado otra décima más del motor Honda.
Una décima que en el caso de Fernando Alonso fue compensada por el toque con Felipe Massa en la primera curva. El asturiano llegó incluso a pedir la sanción al brasileño de Williams, mientras que su MP4-30 tenía grandes desperfectos en el fondo plano y que junto a la pérdida de algunas piezas aerodinámicas le hizo perder en torno a 3 décimas por vuelta. A pesar de ello, y tal vez con otra estrategia de neumáticos, el bicampeón del Mundo podría haber estado peleando por meterse en los puntos en las últimas vueltas de carrera.
Lo cierto es que tal y como se esperaba, Austin fue favorable para el McLaren, que ayudado por la lluvia enmascaró algo sus habituales problemas de potencia. Sin embargo, la fiabilidad volvió a dar la de arena y un problema eléctrico con el sensor del sistema de combustible hizo que el MP4-30 de Alonso perdiera potencia en la última parte del Gran Premio, llegando incluso a decir al muro que casi era mejor tomar el camino del abandono antes de seguir arrastrándose por el circuito. Poco pudo hacer Fernando para parar el ritmo de Daniel Ricciardo, algo que finalmente le dejó sin premio.
Si hubiera terminado en quinto lugar creo que hubiera sido la mejor carrera de mi historia como piloto de Fórmula 1. Ha habido mucha mejor en nuestro motor, pero para aclarar las cosas, estamos hablando de alrededor de una décima.