Hace algo más de nueve meses escribí que para mí, el qatarí era algo así como el piloto de raids ‘casi’ definitivo y lo cierto es que tal y como bromeaba con mi compañero Eloy Entrambasaguas, que me llamaba exagerado al decirle el titular de este artículo que estáis leyendo, casi precisa de una Gala de la FIA para él sólo. Y es que con cuatro títulos, estos 10 meses que llevamos de 2015 son prácticamente una oda a la perfección.
Todo ello a pesar de haber afrontado el que posiblemente ha sido su fin de semana más difícil del año. Con tres Skoda oficiales frente a él con pilotos de la calidad de Jan Kopecký, Esapekka Lappi y Pontus Tidemand, Nasser tenía que defender su liderato en WRC2 mientras él mismo seguía amoldándose al Fabia R5. Tras el KO de su principal rival por el campeonato, Lappi por una salida de pista, Nasser se quedaba tercero, sabedor de esa posición al final del rally le daba matemáticamente el título mundial.
Sin embargo, estaba sufriendo más que de costumbre. Armin Kremer, también con un Skoda en este caso de BRR estaba a sólo una décima a falta únicamente de la disputa de la Power Stage, mientras que Nasser estaba pensando más en el campeonato tras perder mucho tiempo en la primera etapa por un pinchazo. El príncipe qatarí era sabedor que con sólo Gales por delante y con el abandono de Lappi, era mejor sumar el máximo número de puntos en lugar de lanzarse a por la victoria.
Eran las 12:40 del pasado domingo cuando todos los ojos se centraban en las pantallas para ver las evoluciones de Sébastien Ogier en su ataque por conseguir una vez más el pleno de puntos en un fin de semana, los 25 de la victoria y los 3 extra de la Power Stage. Sin embargo, el de Gap era demasiado optimista con una nota rectificada y se iba contra el guardarraíl, dándole a Andreas Mikkelsen su primera victoria en el WRC y dando por neutralizada la última especial de la cita española.
El nórdico de Volkswagen no era el único feliz tras el accidente de su jefe de filas, sino que a Nasser Al-Attiyah se le veía aún más su habitual sonrisa, sabedor de que hubiera sido muy difícil retener a Kremer en su particular lucha por la tercera plaza. Se acababa de coronar por segunda vez de forma consecutiva Campeón del Mundo de Rallyes WRC2, sumándose así al otro título intercontinental del PWRC que consiguió en 2006.
El año perfecto de Nasser Al-Attiyah:
Lo que ya sería un triunfo para otros pilotos, recordemos que por ejemplo Robert Kubica consiguió el mismo título en 2013, para este hombre nacido en el desierto es una bala más en esta temporada. Y es que además del triunfo en el Dakar de 2015, estrenando copiloto (el francés Matthieu Baumel), ha conseguido en menos de tres semanas los títulos de WRC2, Campeonato FIA de Rallyes de Medio Oriente y la Copa del Mundo de Rallyes Cross-Country.
Ni más ni menos que 14 victorias de 22 posibles en 2015 (en el MERC una vez más ha arrasado, consiguiendo su undécimo título), un número que cobra aún más valor cuando se hace hincapié en la utilización de monturas tan distintas como el Ford Fiesta RRC, el Mini All4 Racing y el Skoda Fabia R5. Afortunadamente, la adaptación con Baumel ha sido perfecta y eso se traduce en cinco triunfos en el MERC (Qatar, Kuwait, Shiraz, Chipre y Jordania) y otras cinco en la Copa del Mundo FIA de Todo Terreno (Sealine, Faraones, Baja Italia, Baja Hungría y Rallye du Maroc) que se suman a las tres de WRC (México, Portugal y Australia), unos números increíbles que dicen mucho de esta bestia insaciable que es Nasser.
Para 2016 el plan previsto apunta a que tratará de conseguir su tercer título de WRC2 de nuevo con el Skoda Fabia R5, el 12º del MERC (cada vez más cerca están los 14 de Mohammed Ben Sulayem) y prepararse para los Juegos Olímpicos de Brasil, donde volver a disputar la competición de tiro. ¡Ah! Y si alguien le parece poco, en enero tratará de conseguir su tercer tuareg que lo corone como ganador del Dakar frente a toda la armada Peugeot y dentro de unos días disputará sus primeras carreras en el WTCC con el Chevrolet Cruze TC1 de Campos.
