Cuando pierdes siete décimas en una recta, cuando te quejas de que te cuesta 500 vueltas volver a cargar la batería y cuando tu compañero de equipo no sale ni tan siquiera a clasificación por nuevos problemas en el motor Honda que le reportan finalmente 55 posiciones de penalización, es difícil volver a pista con el ánimo alto. Únicamente un error de dos de los pilotos podía permitir la entrada del único McLaren a Q2, algo que finalmente estaba cerca de darse ‘gracias’ al errático Romain Grosjean, pero que dejaba de nuevo la miel en los labios a Fernando Alonso.
El asturiano caía, ocupando la 16º plaza y sólo superando a los dos Manor (aquí Rossi le ha vuelto a ganar la partida a Stevens) y al Sauber de Felipe Nasr que caía eliminado tras una larga blocada y un error de pilotaje. Romain también perdería la zaga al pisar demasiado un piano, sin embargo su tiempo era suficiente como para pasar el corte. Lo cierto es que poco importa, Alonso era sabedor de que arrastra 15 posiciones de penalización tras cambiar el motor de combustión y la caja de cambios, por lo que mañana partirá de no pasar nada raro desde la penúltima plaza de parrilla.
Dificil papeleta tendrán los dos monoplazas de Woking ya que en una pista tan corta y estando a más de segundo y medio de la cabeza, previsiblemente tendrán rápidamente la posibilidad de ser doblados. Alonso se guardaba la esperanza de que mañana la lluvia haga acto de aparición e iguale algo la gran desventaja de potencia que aquí tiene la unidad de potencia nipona. El monoplaza parece adaptarse bien y según los datos es capaz de arrebatarle a los Williams hasta 3 décimas en la zona revirada del último sector. Veremos, pero sólo un milagro en forma de lluvia y condiciones cambiantes puede permitir a Alonso y Button luchar mañana por los podios. Eso o una debacle producida por un asfalto con poco grip…