La imagen de Fernando Alonso antes de la ceremonia de los himnos, sentado, con los pies en alto sobre otra silla, dejaba entrever una sensación de tranquilidad un tanto anómala. El asturiano sabía algo que los demás no. Así era. El McLaren-Honda no iba a pasar de la primera vuelta, ya que en la segunda iba a tener que tomar el camino a boxes por un problema con el KERS del cual ya eran conscientes.
Al parecer, ya durante la sesión de clasificación de ayer el equipo detectó algunos problemas en la parte eléctrica de la unidad de potencia. En la revisión de esta mañana se descubría un grave problema en el KERS el cual ya no daba tiempo a ser resuelto, por lo que Alonso decidía salir a pista por respeto a los aficionados a pesar de saber que tan sólo iba a durar unos poco kilómetros en carrera.
Tras realizar una muy buena salida, recuperando entre 5 y 6 posiciones en la primera vuelta, la potencia se venía abajo y el bicampeón del Mundo de Fórmula 1 debía tomar el camino a boxes tras avisar a su ingeniero, el cual no mostraba ningún signo de sorpresa en su tono de voz. La vuelta al pit lane ha sido prácticamente a ‘vela’ con la mala noticia de que Alonso estrenaba aquí motor y caja de cambios, pero de nuevo la fiabilidad ha dejado al ovetense aún más frustrado de lo que estaba.
Sin declaraciones fuera del tiesto, sin aspavientos, únicamente lanzando los guantes al bajarse del monoplaza, Fernando ha contenido su descontento para lo que posiblemente sea una reunión con el equipo agitada. Veremos en qué desemboca todo esto, pero desde luego las esperanzas de que McLaren y Honda tengan un monoplaza competitivo para 2016, y el humo que muchos puedan vender, no ocultará el sol de este largo invierno que les espera por delante.
Los "nervios" de Fernando Alonso previos a la carrera… pic.twitter.com/ZjG80sv6xV
— José Ramón Fernández (@joserra_espn) November 1, 2015