Leyendo un reciente artículo publicado en Autosport, vino a mi mente uno que escribí el pasado mes de septiembre, donde argumenté que Honda no era el principal problema de McLaren. La metamorfosis experimentada por el MP4/30 a los largo de esta temporada evidencia lo ineficiente del departamento técnico de la escudería. Han estado tan perdidos que decidieron copiar a sus rivales para intentar avanzar y eso es innegable si se toma en cuenta la versión del monoplaza presentada en Australia y la que se ha observado en los últimos grandes premios, parecida a un híbrido entre el STR10 y el RB11.
Ciertamente, el actual jefe de aerodinámica, Peter Prodromou, trabajó con Red Bull durante varios años, pero la primera versión del MP4/30 tenía una larga nariz, una parte posterior estrecha y unos pontones laterales muy pequeños, nada que ver con el clon de ahora. Trajeron al jefe pero al parecer las ideas se quedaron con los toros rojos. Se puede decir que la creatividad y la innovación no dieron resultados a la primera y por ello se decidió transitar por caminos más seguros y así buscar resultados más rápidos.
La actualización del paquete aerodinámico que McLaren estrenó en Austin indica que la dirección apunta hacia lo convencional, hacia aquello que la mayoría de las escuderías implementa, sobre todo en la zona frontal y en el alerón trasero. El detalle está en que a veces tomar «prestadas» varias ideas de otros equipos y aplicarlas en un solo monoplaza puede resultar contraproducente porque si los resultados no son los esperados habrá que aplicar el método quitar y probar para determinar lo que va mal. Y el tiempo en la Fórmula 1 es un destello; tanto que el campeonato ya está decidido mientras todavía algunos fanáticos se aferran en que lo mejor está por llegar.
Por otra parte, el clonar diseños y modificar chasis en plena temporada es un manifiesto tácito de que toda la peste no proviene de Honda y obsérvese como ha bajado la marea desde que el proveedor japonés coquetea con Red Bull. Es obvio que al propulsor Honda le falta potencia, eso es innegable, pero también McLaren se tardó un siglo en admitir que su primer diseño atentaba contra la fiabilidad del conjunto al condicionar la refrigeración y la correcta ubicación de los elementos de la unidad de potencia.
McLaren está muy lejos de pretender ser el tradicional equipo que alguna vez era aspirante a las victorias y a los títulos cada temporada. Este año ha sido el más oscuro de su historia, han sido un desastre en todos los sentidos, incluso si Manor no estuviera, los de Woking serían los últimos del campeonato. Entonces por qué negar que el departamento técnico naufragó y lo que está es dando palazos en la oscuridad a ver si le acierta a algo.
Que McLaren copie a sus rivales no es criticable, porque todas las escuderías en algún momento han utilizado ideas de otras cuando no son capaces de estar un paso adelante en cuanto a inventiva o a presupuesto, pero el dolor de cabeza radica en sentarse a esperar que otros piensen. Pasar toda una temporada de esa forma no debe ser muy agradable, sobre todo para los que deben pagar una costosa nómina de cerebros improductivos.
Aunque duela, el caso McLaren Honda 2015 pasará a la historia como uno de los fracasos más estrepitosos en la Fórmula 1, a nivel de Jaguar Racing. Mucho dinero, motor oficial, pilotos, tecnología, instalaciones, pero al final del camino muchas penas y nada más. Habrá que esperar ahora para observar cual será el planteamiento de los ingenieros, en cuanto a diseño y chasis, del MP4/31, porque si parten del clon para iniciar un plan de desarrollo, según sus criterios particulares, en 2016 se pueden encontrar con una modificación radical en los diseños tanto del Toro Rosso como de Red Bull, debido al aparente cambio de su proveedor de motores.
Solo hay que medio analizar el reciente caso Lotus para caer en cuenta de lo que sucede en McLaren. Antes de desembarcar en Enstone, Renault se aseguró que un ingeniero de la talla de Bob Bell se pusiera al frente del proyecto E24, porque la experiencia previa indicaba que Nick Chester, actual director técnico de Lotus, es proclive a los errores; su asimétrico E22 es prueba de ello.
¿Y en McLaren?
¿Inventamos, erramos, copiamos, erramos…?