Un tema recurrente en la imagen de François Cevert es el color azul. El color representativo de su francia natal, el color predominante en su diseño de casco, el color de los coches de Ken Tyrrell, único patrón que tuvo en la Fórmula 1, el color de los Matra con los que compitió en Le Mans y hasta del McLaren con el que llegó a tomar parte en varias carreras de la Can-Am norteamericana, sin olvidarnos de sus distintivos ojos azules que tanto furor causaban entre las féminas.
Pero François Cevert no empezó con el azul en el mundo de las carreras, puesto que en su época de Fórmula 3 y Fórmula 2, los coches que pilotó tenían otros colores en la carrocería. Como también su casco empezó distinto a como acabó. En sus inicios, con un casco aún abierto, Cevert usó el color blanco como fondo sobre el que destacaban las memorables tres rayas de color que iban desde la visera hasta la parte trasera.
Los colores de esas rayas, el azul y el rojo de la bandera francesa. Lo lógico habría sido poner un espacio blanco entre esas dos gruesas líneas pero, estiloso como era el francés, para separarlas usó una fina línea amarilla. Un toque de color distinto para evitar la imagen de la bandera francesa de forma directa aunque gracias al fondo blanco, la referencia era imposible de ignorar.
Los tres colores elegidos por Cevert soían ser asociados ya a menudo por aparecer en forma de líneas también en los monos de carreras de varios pilotos de finales de los años 60. En cuanto a los laterales del casco del joven piloto, una sección azul que imitaba la forma del perfil del casco. Azul, mucho azul. Siempre acordándose de su país y en cierta forma marcando el precedente para el que puede llamarse el «color de su vida».
Con los años, Cevert pasó a usar un casco integral, lo que hizo que añadiera sus famosas tres rayas en la parte frontal inferior de un diseño que mantuvo la visera para protegerle del sol. Adicionalmente, adoptó en los laterales de su casco la inscripción «F.CEVERT», usando la inicial de su nombre y su apellido escrito al completo, algo común entre los pilotos de la época.
Con el apoyo de Elf, el diseño estaba finalizado y la presencia de un pequeño logo de la petrolera francesa en la parte superior frontal del casco de François Cevert pasó a ser una imagen reconocida de la época. Desafortunadamente, la historia del que debió ser el primer campeón del mundo de Fórmula 1 francés llegó a su fin demasiado pronto aunque se le recuerda siempre, con su color azul.
En el Gran Premio de Mónaco de 2013, Jean-Eric Vergne realizó un homenaje a su compatriota al competir todo el fin de semana con un casco con un diseño réplica del de François Cevert. El fondo blanco, los laterales azul con el nombre del legendario piloto y evidentemente, las tres rayas centrales habían revivido. Aunque en este caso los logos de Red Bull tenían una presencia obligada, al igual que los demás patrocinadores de Vergne, el diseño era totalmente visible. Y el azul volvió a enamorar.
