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Gran Premio de Brasil 1995: Michael Schumacher vence con Ayrton Senna en el recuerdo

Un año tras la última aparición de Ayrton Senna en su carrera de casa. La temporada siguiente a su desaparición y la primera vez que el Gran Premio de Brasil se disputó sin la presencia de su ídolo. La temporada de 1995 se despertó en el circuito de Interlagos con una mezcla de emoción y melancolía, viviendo de la lucha entre Benetton y Williams, ambos con motores Renault, mientras Ferrari y McLaren intentaban volver a recuperar la gloria. Michael Schumacher dio el primero de los nueve golpes que le llevarían a su segundo entorchado.

El fin de semana comenzó con polémica en varios frentes. Tras el reasfaltado para la temporada 1995, el trazado brasileño resultó ser aún más bacheado que el año anterior -irónico, puesto que el reasfaltado se propuso para reducir los baches- y varios pilotos se quejaron. Adicionalmente, nuevos puntos a tener en cuenta en lo que se refiere a las Superlicencias llevaron a los pilotos al borde de una huelga aunque finalmente se llegó a un acuerdo.

Se esperaban 28 coches en Brasil pero el equipo Larrousse, sin dinero y sin el prometido apoyo del gobierno francés, decidió saltarse las dos primeras carreras con el permiso de la FIA y Bernie Ecclestone. Esperaban poder tener los chasis de 1995 listos para el Gran Premio de San Marino aunque finalmente esto acabó por no ocurrir. Éric Bernard y Christophe Bouchut se quedaron sin competir en la temporada de 1995. También Ligier fue protagonista, puesto que el JS41 era virtualmente idéntico al B195 -Tom Walkinshaw era el nexo entre los dos equipos- y los rivales se quejaron.

Al final, la sangre no llegó al río y los entrenamientos libres empezaron sin más problemas aunque bajo la lluvia y con muchos menos aficionados que en temporadas anteriores. Una de las imágenes del fin de semana fue la de Rubens Barrichello, con un casco en homenaje a Ayrton Senna. El brasileño solo pudo ser décimosexto en parrilla. Por delante, Damon Hill marcó la pole position con Michael Schumacher segundo, David Coulthard tercero y Johnny Herbert cuarto. Los Ferrari ocupaban la tercera fila de la parrilla.

En la salida, Hill se vio sorprendido por Schumacher, que tomó el liderato de la carrera. Peor suerte tuvo el otro Benetton, perdiendo tres posiciones. El británico intentó superar a su rival en la vuelta 5 pero el campeón en título supo defender su posición. Poco pudo hacer en su primera parada con problemas al encontrarse el coche de Barrichello bloqueándole y Hill volvió a pista por delante. Con un ritmo más veloz y una estrategia de una parada menos -dos, por tres de Schumacher-, lo tenía todo de cara para ganar. Pero una salida de pista provocada por problemas en la caja de cambios en la vuelta 30 le dejó fuera de carrera.

Schumacher lideró cómodamente hasta la bandera de cuadros, llevándose una heredada victoria mientras por detrás Coulthard rodaba a su ritmo, sufriendo aún de una amigdalitis. El escocés se conformó con terminar la carrera, a su ritmo, finalizando en segunda posición aunque lejos del vencedor. La tercera posición fue para un Gerhard Berger que tuvo que pelear duro tras un problema con una tuerca suelta en su primera parada en boxes que le hizo perder trece segundos antes de volver a pista. Tuvo que remontar, mostrando un ritmo veloz aunque insuficiente para acercarse a los coches con motores Renault.

La cuarta posición fue para Mika Häkkinen a pesar de recibir el golpe de un pájaro que dañó su alerón trasero, mientras Jean Alesi se conformaba con la quinta posición. El último punto fue a parar a manos de Mark Blundell, que competía en Brasil como substituto de Nigel Mansell, mientras el equipo preparaba un chasis más ancho para que el campeón del mundo de 1992 pudiera caber en el coche sin problemas. El punto llegaba tras la mala suerte de Mika Salo, que tras una carrera impecable con el Tyrrell-Yamaha, perdió ritmo al sufrir un calambre.

Pedro Díniz, el único piloto completamente debutante, consiguió finalizar en última posición con el también debutante equipo Forti, con un ritmo preocupantemente lento. Pero la atención se centró en otro punto de interés cuando horas después de terminarse el gran premio, Schumacher y Coulthard fueron descalificados por falta de concordancia de la huella química entre las muestras de combustible proporcionadas a la FIA antes y después del evento. De esta forma, la victoria fue a parar a manos de Gerhard Berger.

No fue hasta después del Gran Premio de Argentina, que la apelación por parte de Benetton y Williams consiguió reinstaurar los resultados iniciales aunque sin puntos de constructores para ellos. La polémica estaba servida aunque afortunadamente, la situación se resolvió en unas pocas semanas y no tuvo mayor efecto en el campeonato del mundo, más allá de un cruce de declaraciones entre Schumacher y Berger, con Max Mosley como invitado especial. La temporada de 1995 no había hecho más que empezar.

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