Tras el intento fallido de montar motores Mercedes y con la relación con Renault ya rota, Red Bull trató de atar la otra opción más competitiva de las disponibles: Ferrari. Las conversaciones con los de Maranello se llevaron a cabo durante semanas y una de las posibilidades que surgió fue la de crear una asociación tecnológica de la que resultaría un nuevo motor para 2016 y haciendo uso de los 32 tokens de los que disponen los fabricantes de propulsores para evolucionar sus unidades durante el invierno.
La intención de Ferrari era la de traer de nuevo a Alfa Romeo a la primera plana del automovilismo internacional, bautizando con el nombre del otro referente deportivo dentro del Grupo FIAT el motor salido de la colaboración entre los del cavallino rampante y Red Bull. Finalmente todo se quedó en eso, en conversaciones ya que quedaban demasiadas dudas en torno a los derechos de propiedad intelectual y la inversión económica que supondría para el equipo de Dietrich Mateschitz dicha opción.
A su vez, recordemos que por reglamento no se permitiría utilizar como base la unidad de potencia de Ferrari ya que la normativa no permite homologar más de una especificación de la misma unidad. Aun así, Sergio Marchionne reconoció estar abierto a dicha posibilidad de una colaboración tecnológica, mientras, el regreso a la competición de Alfa Romeo deberá esperar una vez más.
Vía | Motorsport
