En la temporada de 1992, el equipo BMS Scudería Italia SPA se presentó a competir con el chasis Dallara 192 y el motor Ferrari 037 V12. Al volante del monoplaza rojo, el incombustible Pierluigi Martini y el promisorio Jyrki Juhani Järvilehto. Es el experimentado piloto italiano quien destacó al alcanzar par de sextos lugares, tanto en España como en San Marino. BMS Scuderia Italia culminó esa temporada en el décimo lugar entre los constructores. En el próximo campeonato, de nuevo se reeditará la unión Dallara y Ferrari, pero en esta ocasión en Haas F1.
Obviamente la tecnología no será la misma de hace 24 años atrás, pero las circunstancias mantienen ciertas semejanzas. Dallara regresa a la Fórmula 1 como empresa subcontratada por un particular, en esta oportunidad por Gene Haas, quien proviene de la Nascar. En tanto, en 1988, Giuseppe Lucchini, propietario de Brixia Motor Sport (BMS), equipo con experiencia en los Rallys italianos y en el Mundial de Turismos, acudió a Gian Paolo Dallara para diseñar un monoplaza de Fórmula 1. Pero en el caso de la otra «Scudería», tal como se hacía llamar BMS, el motor italiano llegó en su quinta temporada, situación que no sucederá con Haas F1.
Resultará obvio, para quien vivió la época, que BMS imitaba a Ferrari para atraer patrocinadores, incluso a lo lejos resultaba un tanto difícil distinguir a los de Maranello de los de Brescia. Como dato curioso, el Dallara Ferrari, chasis 024, fue subastado en el 2005 y alcanzó un precio de 98.261 euros con el motor V12 incluido.
Vía | toilef1