Hace unos meses, con motivo de la cita mundialista de Mundial de RallyCross en Montmeló, tuvimos la oportunidad de compartir mesa y mantel con Antonio Zanini en su restaurante de Viladrau. Una de las preguntas que surgieron durante la comida fue la de: ¿Qué carrera te gustaría volver a correr? A lo que el Campeón de Europa de 1980 nos respondía casi sin dudarlo: la Panamericana.
Todos los años, al otro lado del charco, un gran número de tripulaciones al volante de los más increíbles deportivos clásicos se dan cita para afrontar un recorrido que suele transcurrir por ciudades como Oaxaca, Chiapas, México DF, Guanajuato, o Veracruz. Más de 3.000 kilómetros en siete días transitando por carreteras con distintos tipos de pavimentos y al volante de coches que en ocasiones superan los 600 CV de potencia.
La Carrera Panamericana la podemos dividir en tramos cronometrados (con el recorrido cerrado al tráfico) y los tramos de enlace, los cuales obviamente son buena parte del porcentaje de esos más de tres millares de recorrido total. En los primeros, los coches alcanzan velocidades punta superiores a los 250 km/h, aunque por reglamento se encuentran teóricamente limitados a los 235 km/h.
Si hubo una palabra que Zanini repitió en varias ocasiones durante nuestra amena charla fue la de Studebaker, posiblemente uno de los coches más emblemáticos de esta cita. Una bestia con motor V8 de origen Ford de 6.0 litros capaz de entregar 630 CV de potencia y llegar a una velocidad de 310 km/h. Quedó claro por la emoción de sus palabras, que el piloto catalán quiere volver a la Panamericana y lo quiere hacer al volante de uno de esos modelos norteamericanos. Allí ya ganaron hombres como Harri Rövanpera, Stig Blomqvist o Ricardo Triviño además de la participación de otros ilustres como Jo Ramírez o el propio Zanini
La edición de esta año, disputada hace casi un mes fue dominada por uno de los pilotos de Oaxaca, Emilio Velázquez junto a su copiloto Javier Marín, precisamente con uno de esos Studebaker Champion 1953 del equipo MRCI y todo ello a pesar de un problemas de cambio que le trajeron de cabeza durante gran parte de la prueba. De nuevo una buena oportunidad para disfrutar del ambiente de las carreras que impregna la Panamericana, la cual mueve a miles de personas y que en ocasiones arrastra a aficionados que acompañan a los pilotos realizando todo el recorrido con ellos para disfrutar al final de cada etapa. Una de esas carreras que hay que ver y vivir una vez en la vida
Desde aquí, agradecer que Alberto Alcocer “@beco” nos haya querido ceder sus imágenes para que todos podamos disfrutar de la belleza de la Carrera Panamericana 2015. En su web podréis disfrutar de lo vivido desde dentro de la edición de este año, así como otras muestras de su arte.