A lo largo de la historia del automovilismo, ha habido todo tipo de pilotos y de todos los lugares imaginables. Rápidos, constantes, agresivos, pausados… europeos, americanos, asiáticos… algunos, más conocidos que otros, claro está. Pero hay casos que merecen ser tratados de forma distinta y por ello esta semana hacemos algo distinto al hablar del piloto estadounidense Michael Delaney, conocido por sus participaciones en el mundo de la resistencia junto a Porsche.
El diseño del casco de Delaney es en realidad muy simple, lo cual no sorprende teniendo en cuenta que en su mayor parte quedaba oculto al estar en el interior de los coches de sport-prototipo que pilotaba. En una época en la que empezaban a utilizarse los cascos integrales, el piloto estadounidense seguía con un casco abierto, ayudado por la idea de que en el interior del coche, un casco integral no era tan esencial.
A fin de cuentas, un casco abierto podía llegar a ser una ventaja en un coche cerrado en términos de comocidad y evitar un exceso de temperatura. En cuanto a los colores, la base usaba el tradicional azul oscuro a menudo relacionado con el mundo de las carreras de Estados Unidos. El casco más conocido no contaba con nada más aunque hubo versiones del mismo con su nombre escrito en la parte lateral inferior con una fuente que imitaba la escritura a mano en color blanco.
En algunos casos, el casco de Delaney se recrea con una bandera de los Estados Unidos en el lateral como corresponde al orgulloso piloto norteamericano y con la inicial de su nombre junto a su apellido escritos en una tipografía que sigue imitando la escritura a mano pero de forma algo más estilizada con contornos rojos. La simplicidad del casco permitía al piloto expresarse sin florituras, como el auténtico piloto de carreras que era.
Evidentemente, los más avispados ya habrán visto el «secreto» de este repaso. No existe el tal Michael Delaney, que es solo el personaje principal de la película «Le Mans» a quien da vida Steve McQueen. El film nos cuenta todo lo que vive el as de Porsche durante una edición de las 24 horas de Le Mans. Dicha película tiene el honor de ser considerada muy a menudo como la mejor película de carreras sin necesidad de argumentos foráneos. Fiel a la realidad y con todo el drama que solo una carrera como Le Mans puede traer.
En cuanto al propio Steve McQueen, participó también en carreras -tercero en una carrera como invitado en el campeonato británico de turismos en 1963 y segundo en las 12 horas de Sebring de 1970 junto con Peter Revson- aunque con un diseño de casco completamente distinto. El casco blanco quedaba coronado con dos líneas en color azul oscuro que iban de delante a atrás por la zona central del mismo aunque llegó a probar con una versión idéntica pero con las líneas en rojo.
Romain Grosjean homenajeó al actor con un casco en Estados Unidos en 2013 con una línea de cada color -rojo y azul- en la misma parte del casco. En el caso del francés, las líneas podían tomarse como un homenaje a los dos cascos de McQueen pero también en referencia al mono que el estadounidense lució en la película Le Mans, con esas dos líneas en el lateral que de hecho tan comunes eran entre varios de los pilotos de la época. Adicionalmente, Grosjean tenía un retrato simplificado de McQueen en los laterales.
