El fichaje de Éric Camilli por M-Sport de cara a la próxima temporada del Mundial de Rallyes no es sino un episodio más del culebrón que se está viviendo en Toyota con la decisión ‘desde arriba’ de dar plenos poderes a Tommi Mäkinen para dirigir el regreso de la marca nipona al WRC. En una entrevista concedida a L’Équipe el joven piloto francés explica cómo ha aterrizado en la estructura de Malcolm Wilson y no deja en buen lugar al finlandés.
Según Camilli, cree que Wilson se fijó en él nada más empezó a correr en WRC-2 con uno de sus coches, aunque mantenido por Oreca, y el británico realizó una primera aproximación a él tras la disputa del Catalunya, donde rodó en puestos hasta que se averió su Fiesta R5 en la última jornada de carrera. Posteriormente Wilson les invitó a cenar a su casa aprovechando el Rally de Gales y el acuerdo quedó cerrado.
Como explicaba al principio del artículo, el joven francés no tiene precisamente buenas palabras para Tommi Mäkinen. L’Équipe le pregunta cuándo entendió que el cuatro veces campeón del mundo no contaba con él y su respuesta es bastante clara: «En el momento en el que no recibí ningún tipo de respuesta por su parte ya era difícil creer (en el proyecto). Las oportunidades de correr en el Mundial de Rallyes se han convertido en muy raras y por lo tanto no podía dejar escapar la que se ha presentado con M-Sport, sobre todo porque ya tengo 28 años». Aún así se guarda algún agradecimiento para Toyota, subrayando que «me dio la oportunidad cuando era un desconocido y no lo olvidaré jamás».
Vía | L’Équipe (edición impresa)
Foto | Red Bull Content Pool
