Ahora compañero y rival en pista de Carlos Sainz Jr. en la Fórmula 1, Romain Grosjean tiene un pasado muy ligado a los rallyes que la mayoría (entre los que yo me incluyo) desconocíamos. El francés nació en una familia apasionada por el motor, con su padre, Christian, loco por los Lancia Delta Integrale y con una relación directa con el mundo de los tramos y con el equipo suizo conocido como Scuderia Filoncore.
Todo esto hizo que Grosjean se aficionara al WRC e incluso que siguiera cuando apenas tenía seis años las evoluciones de los pilotos del Mundial. Cuando somos niños solemos asociar la pasión de nuestros progenitores (nuestros primeros ídolos) con la nuestra, algo que llevó a que Romain a desear que Didier Auriol ganara el Campeonato de pilotos de la temporada 1992, año en el que Carlos Sainz se llevó su segundo título intercontinental al volante del Toyota Celiga Gr.A.
Yo amaba el Lancia Delta Integrale cuando era un niño. Mi padre tenía todas las evoluciones del coche de calle y por supuesto cuando yo lo veía a ellos compitiendo era muy especial. Es como cuando eres niño y pruebas algo que sabe rico y quieres más. Había también un equipo suizo llamado Scuderia Filoncore que lo hizo muy bien en el mundo de los rallyes y mi padre trabajó para ellos, por lo que nosotros teníamos relación con el coche. Por supuesto, amaba los colores y la forma en que Auriol era competitivo en uno de ellos en 1992, cuando él ganó muchos rallyes, pero perdió el campeonato. Yo estaba llorando delante de la TV porque él merecía ser campeón aquel año. Nunca he pilotado uno, pero me encantaría hacerlo algún día. Es un coche que me gustaría tener en mi garaje un día definitivamente, pero por ahora, siendo padre primerizo no hay opción.
Señores de HAAS, propietarios de Lancia Delta Integrale Gr.A… Imaginaros lo especial que sería ver a Romain Grosjean al volante del coche con el que soñaba cuando sólo era un niño, como lo fue ver a Jenson Button con un Volkswagen Beetle de RallyCross similar al que pilotó su padre en el pasado o cuando el propio Fernando Alonso se sentó por primera vez en el McLaren-Honda de Ayrton Senna. Los pilotos de Fórmula 1 también tuvieron sus propios ídolos en la infancia, ahora ellos son los de las nuevas generaciones.
Vía | Motorsport Magazine