Según explicó Paul Hembery, probar los neumáticos diseñados para la normativa 2017 en los actuales coches híbridos no tendría sentido, por tal razón, para facilitar el programa de pruebas, Pirelli podría utilizar monoplazas de hasta diez años de antigüedad. Sería la única forma de tener bases para evaluar múltiples comparativas en aspectos como la aerodinámica y la degradación ya que para Pirelli construir un monoplaza, adaptado al reglamento 2017, solo para tests, sería un absurdo.
Tras asegurar su continuidad hasta 2019, a Pirelli se le ha pedido tras bastidores la fabricación de neumáticos que contribuyan a bajar los tiempos por vueltas, hasta en cinco segundos, no obstante, para alcanzar tal objetivo es necesario una planificación y un ciclo de pruebas en circuitos, con coches que presenten características similares a las que exigen las nuevas normas.
Para Hembery, la temporada 2017 pondrá a los equipos a plantearse diferentes conceptos y al existir tantas divergencias, Pirelli optará por una propuesta que pueda adaptarse a la mayoría de los coches. Para el próximo mes de mayo están pautados unos tests y es allí dónde se podría utilizar el monoplaza antiguo, del cual no se tiene mayor información acerca de su procedencia.
Tenemos información que algunos equipos han realizado ciertos cálculos y hay coches de los últimos años que serían lo suficientemente representativo para efectuar las pruebas. Habría que modificar la geometría de la suspensión, pero en términos de cargas aerodinámicas estaríamos muy cerca de la solución. Para nosotros sería lo más sensato ya que no vamos a construir un coche, eso es imposible.
Vía | crash.net
