Hay pocas marcas que den una imagen de lujo, clase y pasión por la competición como en el caso de Bentley. Históricamente, es una de las marcas legendarias de Le Mans aunque sea sobre todo en sus primeros años. A medida que avanzaron los tiempos, la marca británica fue dejando las carreras, de manera que la mayoría de sus coches más memorables son del primer tercio del siglo pasado. A través de su asociación con el grupo Volkswagen y en particular con Audi, Bentley volvió a la competición en el nuevo milenio, siendo de nuevo el centro de todas las miradas en el mundo de las carreras. Con la misma imagen de siempre. Así es Bentley, una marca que exhala cultura británica por todas partes.
Bentley 3 litros – Resistencia
En la década de los años 10 y más tarde 20, los Bugatti eran los dominadores de los grandes premios por toda Europa. Esto fue antes de que los fabricantes alemanes como Mercedes y Auto Union o los Italianos en forma de Alfa Romeo empezaran a destacar. Pero en 1919, Bentley construyó un coche bastante peculiar que debería servir tanto para la calle como para las carreras. Este nuevo concepto no era algo esperado y sorprendió al mundo de la automoción en el momento.
El Bentley 3L recibe su nombre por la cilindrada de su motor, cuya potencia junto a la tecnología que el coche utilizaba compensaban con creces el enorme peso que en un principio habría parecido imposible de compensar. Los 1800kg eran algo espectacular y dado el tamaño del Bentley 3 litros, muchas bromas se hicieron sobre su aspecto. Ettore Bugatti, por ejemplo, lo llamó el “camión más rápido del mundo”. Curioso mote para un coche que suele ser conocido como “camión”. Los 3 litros solían entregarse sin carrocería, con la marca recomendando al comprador que lo mandara a una firma en particular -Vanden Plas- para que los completara al gusto.
Este coche, cuyo motor entregaba la “friolera” de 70 caballos en su primera versión, acabó ganando carreras de enorme prestigio en Europa. Pero seguramente, el hito más importante de la historia del Bentley 3 litros son las dos victorias en las 24 horas de Le Mans. Primero en 1924 con la versión más pesada y torpe y más adelante en 1927 con una versión bastante mejorada, Bentley se asentó como una de las grandes marcas en la competición. Las 24 horas de Le Mans eran entonces tan prestigiosas como hoy en día y puesto que los automóviles estaban aún en su infancia relativa, demostrar una resistencia en velocidades de gran premio era un reclamo publicitario de primera categoría.
Bentley 4 litros y medio – Resistencia
Bentley creía en la continua evolución de sus productos y en la expansión de sus motores así que del Bentley de 3000 centímetros cúbicos se pasó a uno de 4500. Estaba claro que el motor era más potente pero también más voluminoso y pesado. Con todo, el rendimiento era bueno tanto para la calle como para el circuito, tal y como parecía dictar la norma no escrita de los Bentley de esa época. Y como cabe esperar, tuvo sus momentos de gloria en los circuitos.
Concretamente en 1928, el Bentley 4 litros y medio triunfó en Le Mans, en la que sería una de las cinco victorias en un periodo de tiempo relativamente corto, una de las seis que la marca tiene en su palmarés en total. Puesto que el 3 litros era pequeño, poco potente y viejo mientras que el 6 litros y medio era grande, torpe y con mala gestión de los neumáticos, en Bentley encontraron una solución creativa. Esencialmente quitando dos cilindros del 6 litros y medio, se sacaron de la manga un nuevo coche.
Aunque el 4 litros y medio era más ligero que el 6 litros y medio, también tenía potencia. Por otra parte, la potencia era aceptable y representaba un compromiso que podía ser prometedor. Aunque no tuvieron grandes resultados en muchas carreras, los de Le Mans hablan por si solos. En 1929 los Bentley 4 litros y medio volvieron a Le Mans a por más, pero no pudo ser. Aún así, ocuparon la segunda y tercera posición por detrás del ganador, un Speed Six también de la marca Bentley. Fue un año histórico ya que los cuatro primeros clasificados en Le Mans fueron los Bentley, creándose una fama justamente merecida.
Bentley Speed Six – Resistencia
El Bentley Speed Six es una derivación del Bentley 6 litros y medio aunque en una forma mucho más de competivión. El Speed Six se construyó en 1928 y se convirtió en el Bentley de carreras más exitoso de todos los tiempos, con aún más victorias que el 3 litros. Ganó las 24 horas de Le Mans de 1929 y 1930. Dos victorias seguidas que se sumaban a las anteriores de la marca, que poco a poco se cimentaba como la gran dominadora de la cita francesa.
La inspiración del diseño del Speed Six era el Rolls Royce Phaeton, algo que es bastante evidente al ver los dos coches. Con 134 caballos de potencia y un peso mucho menor que los coches anteriormente fabricados por la firma británica, la evolución era evidente. El mundo de las carreras de coches estaba evolucionando a pasos de gigante, de forma parecida a sus compañeros de calle. En este sentido, el Bentley Speed Six volvía a ser una combinación casi perfecta de los dos.
Este coche es conocido por ser el protagonista de una carrera ilegal en 1930, cuando Woolf Barnato apostó 100 libras a que podía llegar desde Cannes hasta Londres antes de que el Tren Azul llegara a Calais -desde Cannes también-. En una carrera llena de imprevistos, Woolf Barnato -ganador de Le Mans en 1929 y más adelante, propietaro de la marca Bentley- consiguió ganar la original carrera con cuatro minutos de ventaja. Curiosa historia para un coche que se hizo famoso en Le Mans pero que compitió también en carreteras públicas.
Bentley Blower Nº1 – Resistencia
Sir Henry “Tim” Birkin, uno de los “Bentley Boys”, preparó el Bentley Blower Nº1 a partir de la base del Bentley 4 litros y medio con el objetivo de ganar las 24 horas de Le Mans. Después de un tiempo en el que tuvo que estar alejado de las carreras, cuando el piloto británico volvió a la actividad lo hizo al volante de un Bentley. Tras pilotarlo en Brooklands y en Le Mans, se inspiró y quiso hacer sus propias mejoras a un coche que ya era competitivo.
Desde la factoría oficial de Bentley, no creían en los motores sobrealimentados, afirmando en su lugar que para tener más potencia, el motor debía ser también más grande. Birkin no estaba de acuerdo con esto y creía que la solución era un motor más potente en un “paquete” más compacto. En efecto, es lo que hizo con el Blower Nº1, partiendo de la base de un 4 litros y medio, un motor sobrealimentado le dió una potencia extra que el original no tenía, manteniendo un tamaño relativamente compacto -sobre todo comparado con el Speed Six-.
Puesto que Walter Owen Bentley no permitió modificar el motor para adaptarlo a las nuevas piezas, el sobrealimentador tuvo que montarse justo delante del radiador, dándole al Bentley Blower Nº1 una apariencia verdaderamente única. Claro que esto también causó que tuviera un subviraje aún más acentuado que el coche original. Birkin pilotó este coche en Le Mans en 1930, donde se hizo conocido por luchar por la victoria y desgastar a Rudolf Caracciola con su Mercedes SSK hasta el abandono. El Blower acabaría abandonando también. Más tarde, terminaría en segunda posición en el Gran Premio de Francia en 1930 y marcaría el récord de velocidad media en Brooklands; récord que duró desde 1931 hasta 1934.
Bentley Speed 8 – Sport-Prototipo
Después de 70 años fuera de la competición, Bentley volvió a las carreras con el espectacular Bentley Speed 8 gracias a su asociacion con Audi, que no quiso malgastar el trabajo realizado con el Audi R8C de 1999. De hecho, el primer Bentley Speed 8 tiene un importante parecido con aquel coche que había competido un par de años antes. Debutó en 2001 con el nombre de Bentley, aunque todo el mundo tenía muy claro que ese coche era poco más que un “R8 carrozado” o simplemente lo que habría podido ser el coche de Audi si en 1999 el R8C hubiera dado mejores sensaciones que el R8C.
Por lo menos, el Bentley Speed 8 tenía sus propias elementos interesantes, como el uso de neumáticos Dunlop en lugar de los Michelin de Audi o las cajas de cambios Xtrac en lugar de las Ricardo. El debut se produjo en las 24 horas de Le Mans de 2001, donde uno de los dos coches inscritos obtuvo la tercera posición tras dos Audi R8. El trabajo se concentró en adaptar el motor para que funcionara mejor en un coche que, aunque parecido al R8, no era exactamente igual. Esto llevó, entre otras cosas, a ampliar la capacidad del motor hasta 4000 centímetros cúbicos. Solo un coche fue inscrito en 2002, terminando en cuarta posición.
Para 2003, Bentley preparó un verdadero asalto a la victoria. Dado que el proyecto había sido previsto a tres años desde el principio, 2003 suponía la última oportunidad para la marca. El coche fue rediseñado y pasó a usar neumáticos Michelin. Además, se inscribieron dos unidades en las 12 horas de Sebring. Por varios motivos, tuvieron que salir desde el fondo de la parrilla pero consiguieron terminar en tercera y cuarta posiciones, por detrás de un Audi oficial y uno privado. En Le Mans, para Bentley fue un paseo militar. Con el apoyo de Joest y sin ningún Audi oficial, Bentley obtuvo las dos primeras posiciones de la carrera y luego retiraron el coche de la competición. Curiosamente, el Speed 8 se impuso en su categoría en las cuatro carreras en las que tomó parte.
Recientemente, Bentley está volviendo a las carreras a nivel internacional. Parece que por primera vez desde el primer tercio del siglo pasado, la marca está con un programa de carreras «de verdad”. No se trata de un programa prestado, como lo fue el del Bentley Speed 8 en un principio, ni tampoco un programa a medio tiempo. Otra marca británica está de nuevo en la ciudad, y parece que ha vuelto para quedarse. La llegada del Continental GT3 en varias categorías es algo que todos celebran.
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